Citas deuternocanónicas en el NT

Los libros deuterocanónicos, lejos de ser espurios e indignos como erróneamente nos enseñaron algunos maestros —cargados de buenas intenciones pero errados en el conocimiento— son libros de un extraordinario valor que se constituyeron en fuente primaria para personajes como Pablo. Piense por un momento: ¿de dónde cree Ud. que Pablo obtuvo el material que utilizó para redactar I de Corintios 15 y las enseñanzas de Tesalonicenses? Recordemos dos aspectos muy importantes: primero, que Pablo no fue un discípulo de Jesús, por lo tanto, a diferencia de Juan, toda la información acerca de Jesús la obtuvo de segunda mano, y segundo, al momento de escribir no existía nada canonizado por la Iglesia, ningún ser humano puede escribir en un vacío contextual y Pablo no es la excepción: él se fundamentó en la literatura judía de su época, no en la literatura cristiana porque estaba en un estado de formación incipiente, así que le tocó construir un midrash que hoy por hoy es el fundamento de la fe cristiana. ¿A qué cree Ud. que se refería Pablo cuando escribió: ….toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia… si en el momento en el cual escribió esto no existía el NT y ni los judíos ni los cristianos se habían puesto de acuerdo en los libros del canon del tanaj o AT? Pues es sencillo: se refería a los escritos que él tenía en sus manos, pues es completamente absurdo y ridículo hablar de lo que no se tiene. Ahora bien, esto suscitaría una gran controversia en la que no vamos a entrar aquí, en relación a que los libros inspirados a los que se refiere Pablo incluye a los deuterocanónicos.

Una vez efectuadas las consideraciones anteriores es menester entrar en materia y ver cuáles son las citas que los redactores del NT hacen de los libros deuterocanónicos. Para desarrollar este tema seguiremos el orden de los libros que están en el NT.

1. Citas en los evangelios

Los evangelios están salpicados de citas y alusiones a narraciones hechas en los libros deuterocanónicos para dejarnos ver a nosotros de forma clara que los redactores del NT no escribieron ex nihilo sino en el marco de un contexto religioso y literario; tampoco escribieron de una forma mística mediante una intervención sobrenatural de Dios en la que ellos fueron simples marionetas. Nada más lejos de la verdad. Para efectos de este apartado, hemos seleccionado cuidadosamente algunas de esas alusiones a narraciones, citas o paralelos que hacen los redactores del NT para demostrar las aseveraciones que acabamos de efectuar.

Una de las perícopas que aparece en los tres evangelios es aquella en la que los saduceos se acercan a Jesús para ridiculizarlo con una pregunta acerca de la resurrección. La perícopa comienza:

… Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera. Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer. En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer? (Marcos 12:19–23)84

Ahora, cuando leemos el libro de Tobías, nos damos cuenta de dónde sacaron los saduceos la historia de la mujer y los siete maridos: … una mujer llamada Sara, hija de Ragüel, que vivía en la ciudad de Ecbatana, en el país de Media, tuvo que sufrir también los insultos de una criada de su padre. Resulta que Sara había sido dada en matrimonio siete veces, pero en cada caso Asmodeo, un demonio malvado, había matado al esposo antes de que este se uniera a ella como en todo matrimonio … ya antes se la he dado a siete esposos, parientes nuestros, y todos han muerto la misma noche en que se acercaron a ella … (Tobías 3: 7–8 y 7:11) Los saduceos conocían bien la historia de Tobías, la cual toman como base para hacer una pregunta teológica bien fundamentada con el objeto de llevar a Jesús a un callejón sin salida y ridiculizarlo en público. La alusión a la narrativa del Tobías por parte de Marcos no valida, necesariamente, la inspiración del libro, pero sí nos muestra la importancia de su contenido, pues es una fuente literaria clave en la formación del NT.

Por otro lado, existen numerosos pasajes del libro de eclesiástico que son citados en el NT; por ejemplo: Eclesiástico 28:2 Perdona las ofensas a tu prójimo, y Dios perdonará tus pecados cuando se lo pidas. Si uno guarda rencor a su prójimo, ¿cómo querrá que Dios le dé a él la salud? Conecta perfectamente con el dicho de Jesús de Mateo 6:14–15 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Lo que esto significa es que el Sermón del Monte atribuido a Jesús tiene alusiones a la literatura apócrifa judía.

Para terminar con este tema, hemos seleccionado un ejemplo de interconexión literaria y nos referimos al tema de la abominación desoladora o profanación del templo de Dios por un impío. En Mateo 22:14–21 leemos las palabras de Jesús:

…y entonces vendrá el fin. Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)… porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

Si bien es cierto esta es una alusión directa a Daniel 11:31 que reza de la siguiente manera:

…y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora…

también es cierto que el redactor de Macabeos en el capítulo 1:54 nos amplía completamente la historia de la profanación del templo. El relato de Macabeos vindica hasta cierto punto el relato de Daniel, aunque ambos escritos son contemporáneos y surgidos del mismo contexto sociopolítico. En el libro de Macabeos la historia se lee de la siguiente manera:

El día quince del mes de Quisleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey cometió un horrible sacrilegio, pues construyó un altar pagano encima del altar de los holocaustos. Igualmente, se construyeron altares en las demás ciudades de Judea… destrozaron y quemaron los libros de la ley que encontraron, y si a alguien se le encontraba un libro de la alianza de Dios, o alguno simpatizaba con la ley, se le condenaba a muerte, según el decreto del rey… el día veinticinco de cada mes se ofrecían sacrificios en el altar pagano que estaba sobre el altar de los holocaustos. De acuerdo con el decreto, a las mujeres que habían hecho circuncidar a sus hijos, las mataron con sus niños colgados del cuello, y mataron también a sus familiares y a los que habían hecho la circuncisión…

El relato de I de Macabeos es mucho más amplio y nos da un contexto perfecto, no solo para entender la alusión de Daniel, sino las palabras de Jesús registradas en Mateo.

Como puede observarse, la literatura judía está interconectada, y, por lo tanto, la información que estos libros nos dan, clarifican en gran manera el tema, sobre todo la cita que Jesús hace y que incluye en su relato el redactor de Mateo, quien está haciendo un midrash del texto de Daniel para conectarlo con el tiempo de la destrucción del segundo templo o el tiempo del fin del mundo o ambas cosas, según sea la interpretación que el exégeta haga de la Palabra.

Entre los otros escritos del NT, hemos escogido la carta de Santiago para analizar las citas que este hace de los deuterocanónicos en su relato ético-sapiencial.

2. Citas de Santiago

La carta de Santiago es un escrito con un alto contenido ético que va dirigido a judíos convertidos al cristianismo que estaban completamente familiarizados con el género sapiencial, de manera que el estilo de Santiago y su temática no era ajena a ellos. La aportación de la carta de Santiago es envolver el mensaje con el ropaje de la dogmática, desarrollando el tema ético en el mismo estilo judío: los contrastes. Allí encontramos la sabiduría de Dios y la del mundo, los hacedores de la palabra y los que no, la lengua y su función destructora vs constructora, la amistad con el mundo y la amistad con Dios, entre muchos otros temas.

En la construcción de su tratado ético-sapiencial, Santiago utiliza los libros deuterocanónicos como fuente primaria, v.g. en Santiago 1:10 se lee: … pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba… encontramos una alusión conceptual en Eclesiástico 14:18 que dice: … Somos como las hojas de un árbol frondoso: unas se marchitan y otras brotan. Así pasa con los hombres: unos mueren y otros nacen… se puede observar que lo de Santiago es una paráfrasis, pues si se lee todo el capítulo 14 de Eclesiástico nos vamos a dar cuenta que está tratando el tema de las riquezas y la relación de estas con los ricos, que es mutatis mutandis lo que está haciendo el redactor de Santiago de una forma muy breve a diferencia del redactor de Eclesiástico, que lo efectúa de una forma muy amplia. En síntesis, el paralelo teológico en los pasajes es inconfundible.

Otro ejemplo lo encontramos en Santiago 3:2 donde leemos: … porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. En este mismo sentido se había expresado el escritor de Eclesiástico: … ¡Dichoso el hombre que no sufre por lo que dice y a quien la conciencia no le acusa! (41:1) … A veces uno se equivoca, pero sin querer; ¿quién no ha pecado con la lengua?(19:16). Puede identificarse el paralelismo entre ambos pasajes, ambos están hablando del daño que un ser humano puede causar por lo que expresa a otra persona o de otra persona.

Estos dos pasajes son suficientes para dejarnos ver que un escritor nunca escribe en un vacivus literario y menos religioso. El escritor de esta carta estaba bien familiarizado con el estilo de la literatura sapiencial judía y simplemente escribe usando el mismo estilo.

3. Citas de Pablo

Uno de los personajes bíblicos familiarizado con la versión griega de los judíos era Pablo, de manera que muchos aspectos de la teología que expone tienen su fundamento en los deuterocanónicos, por ejemplo, Romanos 1:23: … y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles… tiene paralelo en el libro de Sabiduría 14:24–26: … se habían extraviado mucho siguiendo el camino del error, aceptando como dioses a los animales más feos y repugnantes, dejándose engañar como niños sin inteligencia; y por eso, como a niños sin uso de razón, les enviaste un castigo que los puso en ridículo. Y como no escarmentaron con el ridículo y la corrección, tuvieron que sufrir el juicio de Dios que merecían. Esto es lo que se llama paralelismo teológico, es decir, si bien es cierto no es una cita textual que se hace, sí es un concepto fundamentado en otro concepto igual. Lo que esto quiere decir es que Pablo conocía este pasaje de Sabiduría, toma el concepto, lo desarrolla y hace un midrash y lo aplica al mundo gentil que vivía en la Roma del primer siglo. Esta metodología usada por Pablo muestra el manejo, no solamente de la información, sino de la técnica para estructurar un pensamiento.

Otra cita de Pablo la encontramos en Romanos 9:20 que declara: … Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?… ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? Tal parece que este concepto del barro estaba bien afincado en la mente de Pablo porque lo vuelve a repetir en II de Timoteo 2:20 a quien le dice: … pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles… cuyo paralelo exacto lo encontramos en Sabiduría 15:7 que reza de la siguiente manera: El alfarero, por ejemplo, amasa laboriosamente el barro blando y moldea cada vasija que necesitamos; pero del mismo barro hace por igual las que sirven para usos nobles y las que sirven para otros usos; es él, sin embargo, quien decide cuál ha de servir para este o aquel uso. El paralelismo teológico es más que evidente: Pablo toma la cita del libro de Sabiduría en el capítulo 9 de Romanos para argumentar sobre el tema de la soberanía de Dios y su potestad de elegir a quien quiere. No existe una cita más perfecta para efectuar una analogía tan bien hecha y probar la doctrina de la soberanía de Dios. En el caso específico de Timoteo el discurso que está haciendo Pablo está relacionado con otro tema: la diversidad de personas que se hallan en la Iglesia.

Existen muchos otros ejemplos que podemos dar en este sentido; daremos uno más para cerrar con el tema de las citas de Pablo. En la carta a los Efesios Pablo nos hace una analogía entre la armadura de un militar y la de un cristiano: … Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios… (Efesios 6:13–17). Toda la vida se creyó lo que nuestros bien intencionados maestros nos enseñaron, que Pablo al momento de escribir este pasaje estaba viendo la figura de un soldado romano y es lógico afirmarlo puesto que él estaba en una cárcel en la ciudad imperial donde había muchos soldados vestidos de esta forma, pero cuando leemos Sabiduría 5:17 al 20 nos damos cuenta de a quién estaba viendo Pablo; el pasaje reza de la siguiente manera: … El Señor se vestirá de su ira, como de una armadura, y se armará de la creación, para castigar a sus enemigos; se revestirá de justicia, como de una coraza; se pondrá como casco el juicio sincero, tomará su santidad como escudo impenetrable, afilará como una espada su ira inflexible y el universo combatirá a su lado contra los insensatos… El formato es idéntico al de Pablo en Efesios, aunque el contenido es diferente. En ese sentido, la literatura deuterocanónica es una fuente primaria de la cual el escritor del NT hace un midrash y crea una nueva teología, puesto que en el libro de Sabiduría el escritor nos está hablando de la ira de Dios y su juicio contra los malos, y la armadura es el símbolo que lo hará invencible; en cambio el contenido de Pablo es en relación a las asechanzas del diablo que tiene que sufrir el cristiano y, por lo tanto, necesita tener la armadura de Dios.

La técnica que Pablo utiliza es tomar un texto como base el cual usa o como una cita o como una fuente para sacar un concepto o simplemente lo usa como fundamento de una doctrina diferente para efectuar un midrash arropado con la doctrina cristiana. Esta es la técnica que dio como resultado la fuente secundaria de la teología cristiana que tenemos hoy en día y que es lo que hacemos nosotros.

Con el análisis de estas citas hemos demostrado el gran trabajo que los soferim tuvieron que hacer al momento de redactar estos escritos. Primeramente, tenían que tener una educación amplia en lenguas, religión y otras ciencias. Luego, un talento innato para poder hacer las operaciones lógicas y poder relacionar conceptos y narraciones y efectuar un midrash con un ropaje eminentemente cristiano que crea una nueva síntesis, a la que el día de hoy llamamos teología cristiana. También tenían que tener un alto discernimiento espiritual para poder entender los misterios, interpretarlos y comunicarlos a la comunidad de fe. Todo esto es un don de Dios. Por último, hicieron un trabajo muy duro, responsable, disciplinado y con excelencia, que fue redactar estos documentos que el día de hoy son parte del canon sagrado de la Iglesia del Señor. El trabajo que hicieron no fue místico ni sobrenatural, simplemente recopilaron las fuentes, estudiaron las fuentes y redactaron usando las fuentes. Esto último ha quedado suficientemente demostrado en este capítulo al ver todas las citas que los escritores del NT hacen de los libros deuterocanónicos.

C. Resumen

Los libros deuterocanónicos son un conjunto de libros creados por los judíos que vivían en Alejandría que contiene una información histórica y teológica útil no necesariamente inspirada.

1. Los libros deuterocanónicos son llamados “apócrifos” por el cristianismo protestante. En este trabajo de investigación utilizaremos el término deuterocanónicos por considerar el otro término peyorativo y porque este conjunto de libros es de gran utilidad para entender aspectos históricos y teológicos relacionados con el canon del NT.

2. La Iglesia Católica adoptó el canon alejandrino oficialmente en el Concilio de Trento. Es importante señalar que la Iglesia Católica no aceptó libros deuterocanónicos que la Iglesia Ortodoxa si aceptó. La Iglesia Protestante incluyó los libros deuterocanónicos en sus primeras versiones, hasta que gente de la Sociedad Bíblica de Inglaterra, de una forma arbitraria, decidió quitarlos en el año de 1862.

3. El primer libro en el cual se habla abiertamente de la resurrección de los muertos es en el libro de Segundo Macabeos.

4. Existe otra serie de conceptos teológicos que se tratan en los deuterocanónicos que nunca se habían tratado como el concepto del juicio, la retribución de los impíos o la recompensa de los justos. También menciona al diablo de una manera más personal, nunca tratado así en los libros del canon. Estos conceptos son fuentes para la doctrina teológica del NT.

5. Existen innumerables citas de los libros en el NT. Para efectos de esta investigación, hemos seleccionado algunos pasajes en los cuales Pablo, Santiago y los evangelistas los citan.

6. Las citas que los redactores del NT hacen de los libros deuterocanónicos demuestran la popularidad que tenía la versión griega, conocida como Septuaginta en medio de los judíos.

84 Según la teoría más plausible de la academia, este pasaje se generó en el evangelio de Marcos, que es el primer evangelio escrito y que a su vez sirvió de fuente tanto a Mateo, que lo registra en 22:23–33, y a Lucas, que lo registra en 20:27–40.

Raúl Zaldívar, Las fuentes que dieron origen al nuevo testamento: Análisis, estudio e interpretación crítica (Barcelona, España: Editorial CLIE, 2020), 60–67.

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