Características de las parábolas

Historia realista

Las parábolas son presentadas en forma de una corta historia realista, y sirven como un vehículo ilustrativo para enseñar una verdad espiritual básica. La historia es tomada de las situaciones de la vida común en Israel.

Mientras que no todos comprendían la profunda verdad espiritual de las parábolas, todos —incluso la gente común— podían seguir las historias de las parábolas, porque eran tomadas de las experiencias de la vida cotidiana.

Personificación

Cada parábola tiene de 1 a 3 personajes que aparecen en una corta historia que describe una actividad del o los personajes o desenvuelve la trama narrativa. La historia realista involucra personajes estereotipados que pueden ser comprendidos por sí solos, aparte de una investigación exegética en busca de la verdad espiritual subyacente. A menudo, los personajes tendrán algún paralelo en la verdad central de la parábola. Pueden representar a Dios, los creyentes, los incrédulos o incluso a aquellos a quienes es dada la parábola.

Verdad espiritual central – El corazón de la parábola

Las parábolas difieren de las alegorías. En una parábola solo hay una verdad espiritual central. Hay muchos detalles en cada parábola, pero normalmente hay solo una verdad espiritual primaria alrededor de la cual giran todos los detalles.

Las explicaciones que Jesús da de sus parábolas se enfocan en una sola verdad espiritual central (por ej.: Mt 20:16; Lc 15:10; 19:7). Aun cuando Jesús explica varios detalles en una parábola, todos los detalles giran alrededor de una verdad central, por ejemplo, la parábola del sembrador (Mt 13:1–9, 18–23) y el trigo y la mala hierba (Mt 13:24–30, 36–43).

A veces, varias parábolas se suceden como múltiples ilustraciones de la misma verdad central básica. Eso es así con las parábolas de la oveja perdida (Lc 15:4–7), la moneda perdida (Lc 15:8–10) y el hijo perdido (Lc 15:11–32).

Enseñanzas representadas por los personajes centrales

La interpretación alegórica de las parábolas ha sido común en la Iglesia históricamente. Sin embargo, la mayoría de los eruditos protestantes y evangélicos rechazan este enfoque. Klein, Blomberg, y Hubbard señalan que algunos eruditos evangélicos recientes proponen un sentido limitado de la interpretación alegórica. Sugieren que cada personaje central puede representar una verdad o enseñanza diferente. Por ejemplo: en la parábola del hijo pródigo, el hijo representa arrepentimiento, el padre ilustra el amor divino y el hermano mayor ilustra la dureza del corazón de los líderes judíos. Estas sub-ideas difieren de la verdad central que enseña que hay gozo en el cielo por cada pecador que se arrepiente.1

Función de las parábolas

Se pueden identificar dos tipos de parábolas de acuerdo sus funciones. Algunas parábolas están diseñadas para ayudar a los oyentes a aprehender una verdad más bien básica. Eso alienta a la reflexión y la evaluación personal. Otras están diseñadas para ocultar la verdad de quienes han rechazado la verdad que fue dada claramente. Esas son las parábolas del misterio del reino.

Alentar a la autorreflexión y la evaluación personal

Jesús usaba las parábolas para que la gente pensara. El propósito primario de estos tipos de parábolas es alentar a la autoevaluación y a la reflexión personal. Esas parábolas llaman al oyente a emitir un juicio personal sobre su propia condición espiritual ante Dios. Por ejemplo: en la parábola de las minas (Lc 19:11–27, NBLA), uno está forzado a preguntarse: «¿Soy como los siervos fieles o como los infieles?».

Ocultar la verdad de los indiferentes

A veces, Jesús habló en parábolas para ocultar la verdad a quienes no creían (Mt 13:10–11; Mr 4:11). En vez de hablar claramente, Jesús usaba parábolas para oscurecer y ocultar la verdad a los indiferentes. En privado, interpretaba esas parábolas a sus discípulos, dejando el significado en claro. Esas parábolas tratan con los misterios del reino de Dios (Mt 13:24). Todos podían comprender la historia, pero solo sus discípulos podían comprender completamente el punto teológico de la parábola. Esto es así porque Jesús interpretaba las parábolas en privado a los discípulos (Mt 13:10, 18). Aquellos que no recibían la interpretación no podían comprender la verdad espiritual que estaba escondida en esas parábolas.

Guías para interpretar las parábolas

• Observar si el punto de la parábola es explicado en la introducción o en la conclusión de la parábola.

• Observar si el contexto literario de alrededor o la ocasión histórica explican el propósito de la parábola.

• Analizar la historia antes de tratar de determinar la verdad espiritual subyacente.

• Identificar a quiénes representan los personajes centrales (Dios, creyentes, incrédulos, el reino de Dios, etc.).

• Distinguir entre los detalles primarios, que se relacionan directamente y revelan la verdad espiritual principal, y los detalles secundarios que están presentes solo para hacer que la historia sea realista.

• Identificar la única verdad espiritual central, integral, que unifica toda la parábola y alrededor de la cual giran los detalles.

• Determinar si el personaje central sugiere enseñanzas o verdades adicionales.

• Observar estas advertencias al interpretar las parábolas.

• No buscar una lección espiritual detrás de cada detalle en la parábola.

• No usar la interpretación de una parábola como la única base para una doctrina.

Kime, H. A. (2019). Hermenéutica bíblica: Una guía para estudiar la Biblia (G. Powell, Ed.; J. Terranova, Trad.; pp. 188-189). Fundación Hurtado.

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