Uso del Antiguo Testamento en Mateo

Jibsam Melgares

Pastor de la Iglesia Bíblica Comunidad del Reino San Pedro Sula, Honduras

Mateo hace un amplio y variado uso del Antiguo Testamento con el fin de formar integralmente a sus lectores, especialmente en el área apologética. Sus 65 citas directas se dividen en “citas de fórmula” y las que no lo son. Él explota también las citas indirectas y la exégesis rabínica, especialmente los géneros midrash y pesher. Por otro lado, el evento jesuánico reorienta su comprensión y hermenéutica antiguotestamentarias, especialmente en cuanto a la escatología. Los usos del Antiguo Testamento en Mateo, además del apologético, incluyen el profético, el tipológico, el teológico, el práctico y el ilustrativo. Mateo 2:15; 4:8–10; 11:5, 19; 21:13 sirven como ejemplos de los principios expuestos en el artículo.

Palabras clave: Antiguo Testamento, Mateo, citas de fórmula, midrash, pesher, tipología.

Matthew uses the Old Testament often and in a variety of ways, in order to provide a multidimensional formation for his readers, especially in the area of apologetics. His 65 direct quotations can be divided into formula quotations and those that are not. He also employs allusions and rabbinic exegesis, especially midrash and pesher. On the other hand, the Jesus event reorients his understanding and hermeneutic of the Old Testament, especially with respect to eschatology. Besides apologetics, he uses the Old Testament prophetically, typologically, theologically, practically, and illustratively. Matthew 2:15; 4:8–10; 11:5, 19; 21:13 serve as examples of the principles explained in the article.

Key words: Old Testament, Matthew, formulaic quotations, midrash, pesher, typology

INTRODUCCIÓN

El Evangelio de Mateo ha sido objeto de múltiples elogios a lo largo de la historia. Se lo ha catalogado como “el libro más importante del mundo”1 y “el libro más exitoso que se haya escrito”.2 Para T. Zahn, “ningún libro de historia del Antiguo Testamento ni del Nuevo puede competir con él”.3 Por otro lado, mucho de su encanto subyace en que es una importante fuente bíblica para el estudio del uso del Antiguo Testamento en el Nuevo, gracias a la gran cantidad de referencias veterotestamentarias (explícitas e implícitas) que inundan el libro.

Este artículo presenta, entonces, un análisis sucinto del uso del Antiguo Testamento en Mateo. Se dará razón del por qué el primer evangelista apela tanto a las Escrituras hebreas. Luego se estudiarán la forma de las citas, el uso de la exégesis rabínica, el efecto del evento jesuánico en la comprensión de los textos sagrados y las diferentes maneras en que estos se usan a lo largo del Evangelio. Entonces se analizarán cinco ejemplos que ilustran los principios ya expuestos, y se concluirá con una breve reflexión.

¿POR QUÉ MATEO APELA TANTO AL ANTIGUO TESTAMENTO?

La respuesta a esta pregunta se debe inferir del escrito mismo. Se deduce fácilmente que muchas de las referencias al Antiguo Testamento sirven como arma apologética para la defensa de la persona y ministerio de Jesús en contra de las acusaciones de los adversarios judíos. Mateo lo presenta enfáticamente como el cumplimiento de las promesas mesiánicas (ver, por ejemplo, 1:1–17; 2:6; 8:17), a diferencia de la percepción de los líderes judíos que creían que era un charlatán.4 Por otro lado, Mateo usa el Antiguo Testamento no solo a nivel apologético sino como un caudal inagotable para la formación integral de los destinatarios de su escrito. Se volverá sobre esto más adelante.

LA FORMA DE LAS CITAS

Mateo utiliza una amplia gama de citas, tanto directas (explícitas) como indirectas (implícitas). Esto revela su amplio y profundo conocimiento del Antiguo Testamento.

Citas directas

Hay aproximadamente 65 citas directas en el Evangelio.5 Siguiendo a Hillyer, se pueden clasificar en “citas de fórmula”6 y las que no lo son.7

Las diez citas de fórmula (1:22–23; 2:15, 17–18, 23; 4:14–16; 8:17; 12:17–21; 13:35; 21:4–5; 27:9–10)8 tienen por lo menos cuatro peculiaridades. (1) Son presentadas en el escrito no por algún personaje, sino solamente por el narrador. (2) Mateo les da un uso singular respecto a los demás escritores neotestamentarios. La mayoría de ellas no se vuelven a utilizar en todo el Nuevo Testamento, y las pocas que sí aparecen en otros libros (cp. Is. 53:4–5 en Mt. 8:17 y 1 P. 2:24; Zac. 9:9 en Mt. 21:4–5 y Jn. 12:14–15), son usadas por el evangelista de manera diferente. Esto es palpable, sobre todo, en la forma textual de la referencia, pues Mateo se toma ciertas libertades a la hora de citar el texto, en comparación con los otros hagiógrafos (por ejemplo, 1 P. 2:24 se apega bastante a la LXX, mientras que Mt. 8:17, aunque más apegado al texto hebreo, difiere considerablemente de todas las versiones conocidas). (3) La fórmula de introducción es prácticamente la misma para todo el conjunto, esencialmente “Esto aconteció para que se cumpliera lo dicho por el profeta”. (4) Estas citas se apegan más al texto hebreo que a cualquier otra fuente del texto antiguotestamentario.9

En contraste, las otras citas directas generalmente no son introducidas por el narrador, sino por algún personaje del relato, especialmente por Cristo; poseen sus paralelos en los otros Evangelios (en Marcos y Lucas sobre todo), así como en otros libros novotestamentarios; y se apegan más a la LXX, aun donde dicha versión difiere del texto hebreo. Por otro lado, cuando en las citas de este grupo Mateo se desvía también de la LXX, la tendencia no es a seguir el texto hebreo, sino a asimilar la versión targúmica, aunque no se escapa la posibilidad de que Mateo usara un texto griego diferente de la LXX.10 Por ejemplo, casi toda la cita de Deuteronomio 6:13 en Mateo 4:10 sigue la LXX, pero el verbo προσκυνήσεις “adorarás” usado por Mateo difiere del φοβηθήσῃ “temerás” de la LXX, así como del תִּירָא “temerás” del texto hebreo. Parece basarse más bien en el tárgum de Onkelos, que aquí tiene תדחל, cuya raíz significa “temer”, pero también con cierta frecuencia “reverenciar” o “adorar”.11

Para finalizar, se incluirán algunos ejemplos de las diferentes variantes de citas directas explicadas en un artículo anterior.12 Entre las citadas tomadas “al pie de la letra” está 2:15, donde ἐξ Αἰγύπτου ἐκάλεσα τὸν υἱόν μου “de Egipto llamé a mi hijo” es una traducción literal del texto hebreo de Oseas 11:1b, מִמִּצְרַיִם קָרָאתִי לִבְנִי.13 Otro ejemplo es οὐκ ἐκπειράσεις κύριον τὸν θεόν σου “no tentarás al Señor tu Dios” (4:7), una cita exacta de la oración correspondiente en Deuteronomio 6:16 según la LXX (el hebreo difiere en un detalle, teniendo “vuestro Dios” en vez de “tu Dios”). Una última muestra es la referencia a Oseas 6:6 en Mateo 9:13, donde ἔλεος θέλω καὶ οὐ θυσίαν “misericordia quiero y no sacrificio” concuerda con la LXX y con el texto hebreo חֶסֶד חָפַצְתִּי וְלֹא־זָבַח. Este último ejemplo nos advierte que las citas directas en Mateo no siempre estarán introducidas con una fórmula específica.

En lo que respecta a las citas conjugadas, es decir, aquellas que mezclan varias fuentes del texto veterotestamentario, un ejemplo lo constituye la cita de Jeremías 6:16 en Mateo 11:29. Al comparar el texto del Evangelio καὶ εὑρήσετε ἀνάπαυσιν ταῖς ψυχαῖς ὑμῶν “y hallaréis descanso para vuestras almas” con la LXX καὶ εὑρήσετε ἁγνισμὸν ταῖς ψυχαῖς ὑμῶν se puede ver que la única diferencia radica en la palabra ἀνάπαυσιν, que es una traducción de מַרְגּוֹעַ “descanso” del texto hebreo usada en lugar de ἁγνισμὸν “purificación” de la LXX, y que también se ajusta al arameo ניח “descanso” del tárgum de Jonatán.14

El Evangelio también presenta varios de los fenómenos especiales que se dan en ciertas citas directas.15 (1) El método haraz se manifiesta en 2:6, donde Mateo fusiona en una sola cita dos pasajes relacionados, Miqueas 5:2 y 2 Samuel 5:2. (2) En 7:23 la cita del Salmo 6:8 no corresponde exactamente a ninguna fuente conocida. Se asimila casi en su totalidad al texto de la LXX (el cual es una justa traducción del texto hebreo), pero la omisión de πάντες “todos” y el uso del imperativo presente ἀποχωρεῖτε “apartaos” en lugar del imperativo aoristo ἀπόστητε (que también significa “apartaos”) de la LXX no tienen respaldo en ninguno de los manuscritos o versiones del Antiguo Testamento.

(3) Un ejemplo de las citas difíciles de rastrear en el Antiguo Testamento es Ναζωραῖος κληθήσεται “será llamado nazareno” en 2:23. Es una de las diez “citas de fórmula” ya mencionadas. En este caso, la fórmula de introducción señala que la cita proviene de “los profetas” (plural), así dando a entender que se basa en un conjunto de pasajes veterotestamentarios. Esto es característico en este tipo de fenómeno, donde lo citado resume varias partes de las Escrituras. Ahora bien, es muy probable que en 2:23 el evangelista trate de relacionar a Jesús con aquellos pasajes del Antiguo Testamento que se refieren al Mesías, especialmente con los que destacan su humildad y su rechazo por parte de los hombres. El conjunto de los textos podría ser Salmos 22:6–8; 69:8; Isaías 4:2; 11:1; 49:7; 53:2–3; Jeremías 23:5; 33:15; Daniel 9:26; y Zacarías 3:8; 6:12. Daniel Steffen, siguiendo a Ulrich Luz, sostiene que el pasaje clave es Isaías 11:1. El énfasis recae en la relación del término נֵצֶר (netzer) “vástago, retoño, rama” en Isaías 11:1 con Ναζωραῖος “nazareno” en Mateo 2:23. La implicación es que Jesús, como el verdadero heredero al trono de David, comenzaría como una humilde “rama” en Nazaret. Esto encaja con la genealogía davídica presentada en el capítulo primero del Evangelio, así como con el uso que le daban los judíos a נֵצֶר para referirse al Mesías despreciado.16

Citas indirectas

En el primer Evangelio, además de una gran cantidad de citas directas, no es tan difícil apreciar un sinnúmero de alusiones o citas indirectas al Antiguo Testamento.17 Esto a su vez confirma algo que solo se ha insinuado anteriormente: el autor del libro tuvo que ser un judío. Solo un conocimiento profundo de los conceptos antiguotestamentarios, aprendidos desde la niñez según la costumbre judía, podría explicar el uso de este tipo de referencias.

Como sucede en cualquier libro del Nuevo Testamento, algunas referencias implícitas en Mateo serán más fáciles de distinguir que otras. Entre las citas indirectas evidentes se encuentra la genealogía de Jesús (1:1–17), donde muchos de los nombres de la lista encierran historias fascinantes que implícitamente están siendo referidas por Mateo para trazar el linaje davídico de Jesús, así como para establecer su conexión con las promesas hechas a Abraham y David. Otro ejemplo es el relato de la transfiguración (17:1–13). No hay ninguna cita directa pero sí referencias implícitas al Antiguo Testamento que son clave para entender la perícopa: la mención de Elías y Moisés (17:3) y las alusiones a Isaías 42:1 (17:5) y Malaquías 4:5 (17:10). Un último ejemplo lo constituye la parábola de los labradores malvados (21:33–40), donde la influencia proviene de Isaías 5:1–7. Como dice P. Bonnard, 21:33 bien puede ser considerado como una cita libre de Isaías 5:2.18 Tanto en Mateo como en Isaías es evidente que “la enumeración de las preocupaciones técnicas que el propietario toma para su viña subrayan el amor y su derecho absoluto sobre la propiedad”.19

En cuanto a las citas indirectas que son difíciles de reconocer se puede mencionar la relación entre Ezequiel 1:1 y Mateo 3:16. Robert Gundry señala que las circunstancias de los dos pasajes son muy similares —hay un río, cielos abiertos y una visión— así como lo son las expresiones καὶ ἰδοὺ ἠνεῴχθησαν οἱ οὐρανοί καὶ εἶδεν “y he aquí se abrieron los cielos y vio” (Mt. 3:16) y καὶ ἠνοίχθησαν οἱ οὐρανοί καὶ εἶδον “y se abrieron los cielos y vi” (Ez. 1:1 LXX). Estas similitudes permiten confirmar, con cierto grado de certeza, la influencia veterotestamentaria.20 Otro ejemplo lo constituye la relación entre 2 Reyes 4:42–44 y Mateo 14:13–21. En este caso los imperativos de Eliseo y Jesús, el hambre de una multitud de personas, la sorprendida actitud del siervo de Eliseo y los discípulos, la multiplicación y superabundancia de los alimentos, y la semejanza entre las palabras de Eliseo, δότε τῷ λαῷ καὶ ἐσθιέτωσαν “dad a la gente y coman” (2 R. 4:42 LXX), y las de Jesús, δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν “dadles vosotros de comer” (Mt. 14:16) permiten afirmar con no poca certeza la influencia del relato antiguotestamentario en la narración evangélica.21 Como última muestra, es posible concluir que Génesis 18:14a haya influido en Mateo 19:26b, no sólo porque los dos hablan de la omnipotencia de Dios, sino también porque lo hacen con vocabulario similar y la construcción inusual de la preposición παρά con el dativo. Así παρὰ δὲ θεῷ πάντα δυνατά “pero para Dios todas las cosas son posibles” en Mateo hace eco de μὴ ἀδυνατεῖ παρὰ τῷ θεῷ ῥῆμα “¿acaso es imposible para Dios cosa alguna?” en la LXX del verso en Génesis.22

EL USO DE LA EXÉGESIS RABÍNICA

Considerando la autoría judía del primer Evangelio, no sorprende que utilice la hermenéutica rabínica.23 La interpretación literal, por ejemplo, es identificable en muchas de las referencias de Jesús al Antiguo Testamento, por ejemplo, cuando cita Deuteronomio 8:3 y 6:13, 16 en las tentaciones (Mt. 4:1–11), Génesis 2:24 en la enseñanza sobre el divorcio (Mt. 19:5) y Levítico 19:18 y porciones del Decálogo en Mateo 19:18–19.

En cuanto al midrash, hay ejemplos del uso de cuatro de las reglas definidas por Hillel. El principio Qal wahomer, “liviano y pesado”, se manifiesta en 6:26, donde Jesús argumenta que el cuidado divino de las aves (situación liviana o menos importante) debe instar al ser humano a tener confianza en la provisión divina para sus necesidades (situación pesada o más importante). Se confirma así la visión antropológica del Génesis, donde el ser humano es presentado como la corona de la creación y llamado a tener una relación especial con su Creador. El Gezera shewa, “reglamento equivalente”, se emplea en 15:4, donde se fusionan las citas de Éxodo 20:12 y 21:17 en torno a la repetición de las palabras “padre” y “madre” como base para la enseñanza sobre la honra a los padres. En 22:34–40 se usa el Kelal uferat, “general y particular”, ya que los mandamientos de amar a Dios y al prójimo se presentan como el resumen de las Escrituras hebreas.

El principio Dabar halamed me ‘inyano, “palabra de instrucción que brota del contexto”, se muestra en 4:1–11. Este ejemplo merece una buena aclaración. Ya se ha mencionado que desde la perspectiva de Cristo, las respuestas a las instigaciones diabólicas se dan desde una interpretación literal de las citas deuteronómicas. Sin embargo, siguiendo a Wim Weren, se puede decir que desde la perspectiva teológica del evangelista es posible hacer una lectura de este relato como un midrash hagádico de la narrativa veterotestamentaria de la estancia de Israel en el desierto. La secuencia mateana sugiere que Jesús recorrió el mismo camino que había recorrido el pueblo israelita. Tanto Israel como Jesús son probados en el desierto, con la gran diferencia de que Jesús supera la prueba mientras que el pueblo de Israel no. En este sentido, cada referencia deuteronómica en las respuestas de Jesús al diablo debe ser entendida a la luz de su contexto veterotestamentario más amplio: Mateo 4:4 – Deuteronomio 8:3 – Éxodo 16; Mateo 4:7 – Deuteronomio 6:16 – Éxodo 17:1–7; Mateo 4:10 – Deuteronomio. 6:13 – Éxodo 32.24

El género pesher se puede apreciar en la cita de Malaquías 3:1 en Mateo 11:10, de Zacarías 13:7 en Mateo 26:31, y de Isaías 29:13 en Mateo 15:7–9. Un excelente ejemplo del raz-pesher es Mateo 13, donde Jesús explica el misterio del reino de Dios a través de una secuencia de parábolas.

EL IMPACTO DEL EVENTO JESUÁNICO EN LA HERMENÉUTICA CRISTIANA

A pesar de lo expuesto en el apartado anterior, la hermenéutica de la iglesia cristiana no siempre se apegó a los métodos rabínicos de interpretación. En muchos aspectos, ella se movió en esferas muy distintas. La razón fue la influencia del evento Cristo en su comprensión del Antiguo Testamento y del accionar de Dios en la historia humana. Y en Mateo se percibe muy claro esto.

Antes de apreciar en Mateo la ruptura teológico-hermenéutica entre cristianismo y judaísmo, se presentarán los puntos donde coinciden.25 Primero, la Biblia hebrea era palabra de Dios para ambos. A raíz de la gran cantidad de referencias veterotestamentarias que se encuentra en el Evangelio, es justo concluir que para Mateo el Antiguo Testamento tenía un importante valor y pertinencia; era la revelación divina donde se prefiguraban los acontecimientos que él mismo estaba experimentando. Segundo, ambos reconocían la correspondencia entre lo colectivo y lo individual. En Mateo, esto es observable en la acción soteriológica de Cristo, quien pone su vida en rescate por (en lugar de)26 muchos (20:28). Tercero, un presupuesto hermenéutico muy utilizado por ambos fue la tipología. Mateo inunda su Evangelio con citas y percepciones tipológicas, especialmente relacionadas con la persona de Cristo. Así, Jesús es señal para el rey Herodes al igual que el niño referido en Isaías 7:14 lo fue para el rey Acaz (Mt. 1:22–23), es antitipo de la nación israelita en su salida de Egipto (2:15), y en su muerte y resurrección es antitipo de la estadía de Jonás en el pez (12:40).27

El cisma teológico-hermenéutico entre cristianismo y judaísmo aparece en torno a la persona y obra de Jesús. En el primer Evangelio, por ejemplo, Jesús es el que le da sentido al Antiguo Testamento. Además, se puede apreciar a Mateo compartiendo la visión escatológica introducida por Cristo. Para el evangelista, Jesús ha cumplido a cabalidad las profecías del Antiguo Testamento (ver las citas de fórmula para una muestra) y evidencia la realidad de la llegada del Reino de Dios (4:17, 23; 5:3–20; 10:7; 11:1–5; 12:28; 13; etc.), aunque habrá también un cumplimiento escatológico futuro para dicho reino (ver, sobre todo, caps. 13 y 24–25).

USOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO EN MATEO

En el primer Evangelio se encuentra una variedad de usos el Antiguo Testamento, incluyendo el apologético (ver el párrafo anterior), el profético (11:5, 10–14; 13:14–15; 24:30), el tipológico (ver los ejemplos en la sección anterior), el teológico (19:1–12), el práctico (5:21–48; 19:18–19) y el ilustrativo (10:15; 11:23–24).28 Esta manera variopinta de usar las Escrituras hebreas responde muy bien al propósito evidente pero no explícito que tenía Mateo de educar teológica y escrituralmente a sus lectores. De ahí que los estudiosos vean el primer Evangelio como un manual de formación integral para sus receptores originales.29

EJEMPLOS QUE ILUSTRAN LOS PRINCIPIOS

A continuación se explica el uso del Antiguo Testamento en pasajes seleccionados de Mateo, así ilustrando los principios ya expuestos.

Mateo 2:15

Este verso contiene una de las citas de fórmula. Aquí, en el relato del viaje de la familia de Jesús a Egipto, el evangelista cita Oseas 11:1b, traduciéndolo directamente del texto hebreo. La singularidad de la referencia ha llamado la atención de muchos estudiosos.30 Un “problema” que presenta es que en su contexto antiguotestamentario lo citado claramente habla del pasado de la nación de Israel y no pareciera estar aludiendo a algún acontecimiento futuro, como sugiere Mateo. Segundo, el énfasis de Oseas 11:1–7 es de juicio y no salvífico. Además, el “hijo” es Israel, no el Mesías.

¿Cómo explicar, entonces, la relación que encuentra Mateo entre el retorno del niño Jesús de Egipto y el texto de Oseas? La respuesta se encuentra en una lectura tipológica. Por un lado, la referencia a Israel en Oseas 11:1a como “niño” (נַעַר, o νήπιος en LXX) se adapta muy bien al infante Jesús del relato neotestamentario. Por otro lado, el amor y cuidado divinos y el retorno de Egipto referidos en el mismo versículo confirman la relación entre las dos narraciones. Al respecto, Darrell Bock agrega que el nexo tipológico se evidencia al reconocer que el éxodo israelita es un “patrón” de salvación y, por ende, el evangelista, siguiendo la correspondencia entre colectividad e individualidad, apunta a que Jesús representa y recapitula la historia de la nación.31 D. A. Carson señala que este uso tipológico del uno en lugar de los muchos también apunta a presentar a Jesús como el representante del nuevo pueblo de Dios, el nuevo Israel, cuya conformación no depende de la raza, nacionalidad o género, sino de la adherencia a Cristo.32

Queda un último asunto por explicar: El verso mateano habla de un cumplimiento profético-mesiánico, elemento que no se encuentra en la porción de Oseas. La respuesta está en considerar la cita como una referencia tipológica y profética a la vez, caso que se da cuando “el patrón y la promesa están presentes, de manera que un evento a corto plazo prefigura y refleja (o sirve de ‘patrón’ para) un cumplimiento de largo alcance”.33 Bock establece dos sub-categorías para las citas de esta clase: el cumplimiento tipológico-PROFÉTICO y el TIPOLÓGICO-profético.34 En la primera categoría el lenguaje del texto veterotestamentario genera la esperanza de uno o más cumplimientos posteriores a la manifestación inicial del patrón referido. Algunos ejemplos son las profecías acerca del Siervo de Yahvé y el día del Señor. En la segunda categoría, un cumplimiento profético no se puede anticipar, debido a que no hay claridad en el lenguaje en el Antiguo Testamento. Por lo tanto, a pesar de que el uso tipológico es el único evidente, el estatus profético se llega a apreciar solo cuando sucede el cumplimiento, y ese discernimiento depende del reconocimiento de que es Dios quien diseña la correspondencia entre los tipos y los antitipos. Es en esta segunda categoría que entra Mateo 2:15. Otros ejemplos se hallan en pasajes de los Salmos que prefiguran las experiencias de Cristo (ver, por ejemplo, los Salmos 16, 22, 45, 69).35

Mateo 4:8–10

El relato de la tercera tentación de Jesús servirá para ilustrar el análisis de una cita indirecta.36 En este caso la alusión aparece en el centro de la interacción entre Jesús y el diablo. En Mateo 3:17, justo al final de la perícopa anterior, se sitúa la declaración divina respecto al mesiazgo de Jesús. Esta afirmación parece aludir al Salmo 2:7 como uno de los trasfondos que le da su sentido.37 Esto se confirma en Mateo 4:3, 6, donde el diablo asume que Jesús es el Hijo de Dios, es decir, el Mesías.

Es a partir de este conocimiento que Satanás, en palabras de Weren, “se esfuerza por lograr que Jesús haga una interpretación equivocada de su filiación divina”.38 Trata de desvirtuar las implicaciones mesiánicas del salmo. Esto es claro en las siguientes comparaciones. Primero, Satanás le ofrece a Jesús el dominio sobre todos los reinos del mundo (Mt. 4:8–9a), en marcada contraposición con el dominio otorgado por Dios a su Hijo (Mesías) sobre todas las naciones de la tierra en Salmo 2:8–9. Segundo, el diablo le pide a Jesús que se postre ante él en actitud de adoración como condición para acceder a la oferta de dominio mundial (Mt. 4:9b), pero el Salmo 2:10–12 sugiere que el Hijo de Dios (Mesías) será adorado por todos los gobernantes de la tierra.

Como bien menciona Weren, el cumplimiento esperado del salmo se registra al final del Evangelio, específicamente en 28:16–20.39 Así como en 4:8–10, lo sucedido en 28:16–20 tiene lugar en una montaña, y es ahí donde Jesús afirma que ha recibido la autoridad sobre todo lo que existe de parte de Dios (28:18),40 cumpliendo la declaración del salmo y sobrepasando la propuesta limitada del diablo que incluía solo el dominio terrestre (4:8–9). Por último, en 28:17 los discípulos adoran a Jesús, consumando inicialmente lo dicho en Salmo 2:10–12. Es un cumplimiento parcial, puesto que el sometimiento al Hijo será total al final de los tiempos (Mt. 25:31–46; Fil. 2:9–11; 1 Co. 15:24–28).

Mateo 11:5

Ante la duda que embarga a Juan el Bautista sobre el mesiazgo de Jesús (11:2–3), este responde con un cóctel de citas antiguotestamentarias (11:5). La incertidumbre juanina sorprende al considerar que él estuvo presente en la confirmación divina de Jesús como el Mesías (3:17). Sin embargo, es comprensible al comparar el tipo de mesiazgo que él esperaba (cp. 3:10–12) con el desplegado por Jesús, del cual 11:5 es un brillante resumen.

En lugar de dar una respuesta sencilla a la pregunta de los discípulos de un Juan encarcelado, Jesús contesta con un compendio de referencias que probablemente incluye Isaías 29:18; 35:5; 42:18; 61:1; y la sanidad de leprosos y las resurrecciones en épocas de Elías y Eliseo (1 R. 17:17–24; 2 R. 4:18–37; 5:1–27).41 Su respuesta no se apega literalmente a ninguno de estos textos. Quizás esto se deba a que la interpretación jesuánica, al ser un pesher, modifica las referencias para adaptarlas a la situación particular que se vivía en el momento. Esto se evidencia al comparar 11:5 con los relatos de los capítulos 8 y 9. Por otro lado, lo dicho por Jesús en 11:5 no solo es un pesher sino que también utiliza principios midráshicos para la combinación de los textos.

Ahora bien, este sumario de citas es una afirmación velada de Jesús acerca de la naturaleza de su mesiazgo. Su intención es enfocar la mirada de sus interlocutores no tanto en su persona sino en la realidad de la instauración de la era mesiánica esperada. De esta manera magistralmente reorienta la visión teológica de Juan y sus discípulos, haciéndoles ver que su mesianidad no consiste en

el juicio escatológico de ira, ni en la instauración de un imperio mesiánico sobre todos los reinos de la tierra, ni en una guerra de exterminio contra todos los enemigos del pueblo elegido. La mesianidad que aquí se sugiere consiste en curar enfermos y repartir bendiciones.42

De ahí que una comprensión correcta de las referencias antiguotestamentarias al Mesías no debería causar tropiezo (escándalo) para la fe en él como el Cristo, sino más bien gozo y felicidad por su cumplimiento (11:6).

Mateo 11:19

Esta referencia es un ejemplo de cita directa cuya consideración es capital para el entendimiento del pasaje, aunque puede pasar inadvertida por no poseer una fórmula de introducción. Desde 11:16 el Maestro viene expresando su inconformidad con sus contemporáneos porque no estaban dispuestos a escuchar a nadie que no se ajustara a sus moldes socio-religiosos. A Juan el Bautista, por ejemplo, le acusaron de tener demonio a pesar de su ascetismo (v. 18), y a Jesús, por otro lado, le tildaron de glotón y borracho por estar en compañía de los “inmundos”, publicanos y pecadores (v. 19).

La invectiva en contra de Jesús es una referencia a Proverbios 23:20–21.43 Este texto sapiencial advierte al entendido a evitar las malas compañías que pueden empobrecerlo, en especial la gente necia e impía sin dominio propio que malgasta sus recursos. La crítica, entonces, tiene la intención de alejar al pueblo del liderazgo de Jesús, insinuando que sería insensato juntarse con un necio que se goza de la compañía de otros necios. La respuesta jesuánica no se hace esperar y, en el mismo tono sapiencial de sus detractores, insta al pueblo a juzgar si es sabio estereotipar a una persona solo por lo que dicen de ella en lugar de analizar su conducta y su praxis.44

Mateo 21:13

Este verso forma parte del famoso relato de la purificación del templo de Jerusalén y concatena citas de dos pasajes cuyo elemento unificador son referencias a dicho edificio como “casa” de Yahvé. “Mi casa será llamada casa de oración” proviene de Isaías 56:7, y “cueva de ladrones” de Jeremías 7:11.

La promesa de Isaías 56:7 era un ideal que debía cumplir el templo de Yahvé, como efecto de la vocación misionera del pueblo elegido. Lamentablemente Jesús se encuentra con una realidad totalmente distinta. “Para Jesús existe una especie de secuestro por parte de Israel de un bien universal: el monoteísmo yahvista con sus esperanzas universales”.45 El templo, en lugar de ser casa de oración para todos los pueblos, se había convertido en cueva de ladrones.

Jeremías 7:11 es parte de una profecía de la destrucción del templo a causa de los pecados del pueblo judío: idolatría e injusticia.46 Ellos creían que su mera religiosidad, expresada en su culto en el templo, les salvaría de las consecuencias de sus pecados (7:8–11), pero Yahvé es claro al afirmar que ni su casa les podría proteger del castigo que se avecinaba; de hecho, ella misma sería destruida (7:12–15).

En el tiempo de Jesús la misma religiosidad vana se encontraba en la mayoría del pueblo judío, sobre todo, en sus líderes religiosos. Por un lado, había

un contraste intolerable entre las palabras de Is. 56:7…y lo que se leía en varias lenguas sobre los dinteles de las puertas que daban acceso al atrio de los judíos… “Ningún hombre de otra nación penetre tras el muro del santuario y pórtico. Si alguien pasa, será él mismo culpable de su consiguiente muerte”.47

Por otro lado, muchos creían que con solo ser judíos iban a ganar el beneplácito divino, no importando la calidad de sus acciones. Es por ello que Cristo, mediante la concatenación de los dos pasajes, apunta al ideal no cumplido del templo y a la consecuencia inherente de tan terrible desvío ético-religioso: la destrucción, incluso del templo. Jesús confirmará esto explícitamente en Mateo 23:38 y 24:2.

Es fascinante notar cómo el Maestro, a través del uso de una técnica midráshica, desarrolló un argumento tan sólido para sus oyentes judíos, que difícilmente no comprenderían. Mateo 21:13 ilustra también cuán importante es el contexto de los textos veterotestamentarios para el entendimiento del uso que se hace de ellos en el Nuevo Testamento.

CONCLUSIÓN

En el presente artículo se ha intentado exponer los rasgos más importantes del uso que Mateo hace del Antiguo Testamento. La gran cantidad de referencias no deja otra opción que adentrarse en dicho escrutinio. De otra forma, no se puede entender a cabalidad el primer Evangelio. Además, como bien señala Williams, “cuanto más profundo sea el conocimiento del Antiguo Testamento, más rico será el entendimiento del significado de Jesús tal como es presentado en las páginas del Evangelio de Mateo”.48

De lo expuesto salta a la vista la diversidad con que Mateo usa el Antiguo Testamento. Le es una fuente valiosísima para su entendimiento del accionar divino en la historia humana y de la vida y ministerio de Cristo, así como para la formación integral de sus lectores. Por otro lado, el escrito evidencia también a un ex-cobrador no sólo experto en las Escrituras hebreas sino también conocedor profundo de la realidad de su entorno.

Esto se constituye en un verdadero desafío para el cristiano contemporáneo. Hoy más que nunca se necesitan seguidores de Jesús que fundamenten su reflexión, conducta y praxis en un conocimiento serio del texto bíblico, y, por otro lado, está el reto de encontrar pertinencia en la Escritura para la realidad que se está viviendo. Mateo es un claro ejemplo de reflexión teológica, que, como intérprete de su realidad, se entrega a la tarea de encontrar nuevos significados en su tradición ancestral. Como bien señala Evans, la imagen que mejor le encajaría a Mateo y que debería ser un modelo para todo cristiano genuino es la de Mateo 13:52. Esta parábola es única en todo el Nuevo Testamento y quizás sea la mejor manera de entender cómo el apóstol se percibe a razón de su escrito.49

1 Renán, citado en Guillermo Hendriksen, El Evangelio según san Mateo (Grand Rapids: T.E.L.L., 1986), 89.

2 E. J. Goodspeed, citado en Hendriksen, El Evangelio, 89.

3 T. Zahn, Diccionario de la Biblia (Editorial Herder), 1196, citado en José M. Martínez, Hermenéutica bíblica (Barcelona: Libros CLIE, 1984), 383.

4 La controversia con el judaísmo oficial es evidente en Mateo por 1) el ya mencionado uso apologético de numerosas citas del Antiguo Testamento con un fuerte énfasis en el cumplimiento mesiánico por Jesús; 2) la presentación jesuánica del sentido correcto de las palabras, literatura y costumbres judías (por ejemplo, en las antítesis entre la ley oral y la enseñanza de Jesús en 5:21–48); y 3) las múltiples referencias peyorativas al judaísmo, por ejemplo la designación de las sinagogas como “sus sinagogas” (cp. 10:17; 12:9; 13:54); la constante pugna entre los líderes religiosos judíos y Jesús (cp. 9:2–8, 32–34; 12:1–14, 22–32; 15:1–20; 16:1–12; 19:1–12; 21:12–17, 23–46; 22:1–46; 23:1–39); los “ayes” en contra de los escribas y fariseos en 23:13–36; la predicción de Jesús respecto a la persecución de sus seguidores por parte del judaísmo y a la destrucción de Jerusalén y su templo (cp. 10:17; 24:1–2). Para otros detalles ver James Bartley, Mateo, Comentario Bíblico Mundo Hispano 14 (El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 1993), 28–29.

5 Walter C. Kaiser Jr., The Uses of the Old Testament in the New (Chicago: Moody Press, 1985), 43; Norman Hillyer, “Matthew’s Use of The Old Testament”, The Evangelical Quarterly 36/1 (enero-marzo 1964): 12.

6 En inglés son llamadas “formula quotations”, y en alemán “Reflexionszitate” o “Erfüllungszitate”. “Citas de fórmula” es el título más usado en el ambiente académico, aunque también se les suele denominar “citas de cumplimiento”. Cp. Kaiser, The Uses, 43; Mogens Müller, “The Reception of the Old Testament in Matthew and Luke-Acts: From Interpretation to Proof from Scripture”, Novum Testamentum 43/4 (octubre-diciembre 2001): 318. El título “citas de fórmula” no supone que las demás referencias directas no posean fórmula introductoria; de hecho muchas de ellas sí la tienen (ver, por ejemplo, 3:3). Sin embargo, a las primeras se les denomina “citas de fórmula” debido al patrón estereotipado que les es común a todas ellas. Sobre esto se expondrá a continuación.

7 Hillyer, “Matthew’s Use”: 12.

8 Existen mínimas discrepancias por parte de los estudiosos. Cp. las listas en Craig A. Evans, “The Function of the Old Testament in the New”, en Introducing New Testament Interpretation, ed. Scot McKnight (Grand Rapids: Baker Books, 2000), 174; Richard Longenecker, Biblical Exegesis in the Apostolic Period (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1975), 134–35; Hillyer, “Matthew’s Use”: 12; Graham Stanton, “Matthew”, en It is Written: Scripture Citing Scripture, ed. D. A. Carson y H. G. M. Williamson (Cambridge: Cambridge University Press, 1988), 206.

9 Respecto a esto no hay que ser dogmáticos. Longenecker apunta acertadamente que aproximadamente la mitad del conjunto varía en su forma textual de todas las versiones antiguotestamentarias conocidas, pero, al mismo tiempo, muchas de ellas reflejan influencias de una o más de ellas. Longenecker, Biblical Exegesis, 136.

10 Hillyer, “Matthew’s Use”: 12.

11 Ejemplo tomado de R. T. France, Jesus and the Old Testament (Londres: The Tyndale Press, 1971), 241.

12 Jibsam Melgares, “Uso del Antiguo Testamento en el Nuevo: Asuntos generales”, Kairós 45 (julio-diciembre 2009): 47–50.

13 El texto de la LXX es algo diferente: καὶ ἐξ Αἰγύπτου μετεκάλεσα τὰ τέκνα αὐτοῦ “y de Egipto mandé a llamar a sus hijos”.

14 France, Jesus and the Old Testament, 243.

15 Para más explicación y ejemplos de estos fenómenos, ver Melgares, “Uso del Antiguo Testamento en el Nuevo”: 48–50.

16 Daniel Steffen, “El Reino de Dios y los reyes de la tierra: Hacia una contextualización de Mateo 1–2”, en Teología evangélica para el contexto latinoamericano: Ensayos en honor al Dr. Emilio A. Núñez, ed. Oscar Campos, (Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2004), 202–03. Ver también Ulrich Luz, El Evangelio según san Mateo: Mt 1–7 (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1993), 183.

17 Para más detalles sobre este tipo de referencias ver Melgares, “Uso del Antiguo Testamento en el Nuevo”: 50–51.

18 P. Bonnard, Evangelio según san Mateo (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1976), 467.

19 Ibid.

20 Robert H. Gundry, The Use of the Old Testament in St. Matthew’s Gospel (Leyden, Holanda: E. J. Brill, 1975), 28–29.

21 Este ejemplo fue tomado de ibid., 36.

22 Ejemplo tomado de ibid., 38–39 (énfasis del autor).

23 Para más detalles sobre la exégesis rabínica, ver Melgares, “Uso del Antiguo Testamento en el Nuevo”: 52–57.

24 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios (Navarra: Editorial Verbo Divino, 2003), 245–48.

25 Para más detalles sobre la continuidad y discontinuidad entre la hermenéutica rabínica y la de los autores del Nuevo Testamento, ver Melgares, “Uso del Antiguo Testamento en el Nuevo”: 57–61.

26 La preposición griega traducida “por” es ἀντί. También puede ser traducida por “en lugar de”, “en nombre de” o “en vez de”.

27 Según Matthew Williams la tipología es una de las claves de lectura del Evangelio. A través de ella, “Mateo muestra que Jesús… es el perfecto cumplimiento de la religión y de la historia de los hebreos del Antiguo Testamento (judaísmo)”. Matthew C. Williams, “Teología de Mateo”, Kairós 36 (enero–junio 2005): 42. El Jesús mateano se presenta como el representante del nuevo Israel (1:18–2:23; 3:3; 4:1–11); señor del día de reposo (12:8); y mayor que el templo y su sacerdocio (12:6), los profetas (12:41) y los reyes y los sabios de la nación judía (12:42). Ibid., 42–43.

28 Para una explicación de estos usos, ver Melgares, “Uso del Antiguo Testamento en el Nuevo”: 61–62.

29 Ver, por ejemplo, Bartley, Mateo, 36.

30 Ver, por ejemplo, Evans, “The Function”: 174–76.

31 Darrell Bock, “El uso del Antiguo Testamento en el Nuevo”, Kairós 10 (enero–junio 1992): 66.

32 D. A. Carson, Mateo, Comentario Bíblico del Expositor (Miami: Editorial Vida, 2004), 104.

33 Bock, “El uso del Antiguo Testamento”: 64.

34 Ibid. (mayúsculas del autor). Se debe aclarar que no todas las citas antiguotestamentarias son de uso combinado. Algunas son netamente tipológicas, solamente proféticas o de otros tipos de usos.

35 La explicación de las sub-categorías, así como todos los ejemplos, fueron tomados de ibid., 64–66.

36 La explicación de este apartado depende de Weren, Métodos de exégesis, 246–48.

37 Otro trasfondo lo constituye Isaías 42:1.

38 Weren, Métodos de exégesis, 247.

39 Ibid.

40 Morris apunta acertadamente que Jesús recibe todo el poder en la tierra y en el cielo al someterse únicamente a Dios. Leon Morris, The Gospel according to Matthew (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1995), 78. Esto refleja que Cristo fue totalmente consecuente en los hechos con la doctrina expuesta por él mismo al citar Deuteronomio 6:13.

41 La lista de textos fue tomada de Luz, El Evangelio, 232.

42 John L. McKenzie, “Evangelio según san Mateo”, en Comentario bíblico “San Jerónimo”: Nuevo Testamento I, ed. Raymond E. Brown, Joseph A. Fitzmyer y Roland E. Murphy (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1972), 214.

43 Algunos han considerado una posible relación con Dt. 21:20. Sin embargo, no hay nada en el contexto que invite a pensar en una correspondencia entre el verso deuteronómico, que hace referencia a una esfera familiar-judicial, y el verso mateano, cuyo contexto es mayormente sapiencial.

44 Aunque en la frase final “por sus hijos” (cp. VRV) tiene buena evidencia manuscrita, aquí se acepta “por sus obras/hechos” (cp. LBLA, RVA, NVI), debido a que la primera lectura pareciera ser una armonización con Lc. 7:35. Cp. Bruce M. Metzger, Un comentario textual al Nuevo Testamento griego, trad. Moisés Silva y Alfredo Tepox (Stuttgart, Alemania: Sociedades Bíblicas Unidas, 2006), 24.

45 José Luis Espinel Marcos, El pacifismo del Nuevo Testamento (Salamanca: Editorial San Esteban, 1992), 92.

46 En Jeremías 7:11 la expresión “cueva de ladrones” no significaba que en el templo se robaba, sino que era el refugio de “ladrones” que ganaban su “sueldo sucio” en las injusticias cometidas con los menos favorecidos de la sociedad judía. R. C. H. Lenski, The Interpretation of St. Matthew’s Gospel (Minneapolis: Augsburg Publishing House, 1964), 816.

47 Espinel, El pacifismo del Nuevo Testamento, 93.

48 Williams, “Teología de Mateo”: 43.

49 Evans, “The Function”: 177.

 Melgares, J. (2010). Uso del Antiguo Testamento en Mateo. Kairós 46: Enero–Junio, 67-84.

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