ORTODOXIA

Este término proviene de dos palabras griegas (ορθος, orthós y δοξα, dóxa), que se traducen como “pensamiento correcto” o “creencia correcta”, y está relacionada con la ορθοπαξις (orthopraxis), que significa “conducta correcta”. La ortodoxia se comprende más fácilmente en contraste con la no ortodoxia, definida primeramente como heterodoxia (ετεροδοξια, diferente forma de creencia) y luego como herejía (αιρεσις, aíresis, una creencia condenada).

Fue a partir de las controversias trinitarias, cristológicas y gnósticas de los primeros cinco siglos que emergió una comprensión ortodoxa y universalmente aceptable del cristianismo. Con el tiempo, la ortodoxia definió aquello que los “fieles” creían que era “correcto” y aquello que creían que Dios finalmente aprobaría como correcto. Las raíces de la ortodoxia, aunque no su terminología, se encuentran en la Biblia y en el mensaje del evangelio (véanse 1 Ti. 6:3 y 2 Ti. 1:13 donde vemos una reacción “ortodoxa” a las implicaciones de una creencia equivocada; y Gá. 1:6–9; 1 Co. 15:1–13; 1 Jn. 4:1–3 y 2 Jn. 7–11, para ver las ramificaciones de una correcta creencia en doctrina, predicación y práctica).

Las primeras creencias de la comunidad sobre la “sana doctrina” señalaron la naturaleza normativa de la revelación cristiana, contenida en el canon como una “colección de libros fundamentalmente ortodoxa” (Turner). Esta posición en cierta forma tautológica, en relación con las Escrituras, fue básica para la evolución de la ortodoxia cristiana, y crucial para su polémica y apologética. Se recurrió a las Escrituras, a la tradición y a la razón para consolidar y proteger la pureza del evangelio recibido de las tergiversaciones hechas a las Escrituras, de la negación de la tradición común y de la asimilación de los movimientos filosóficos seculares. Estas aún permanecen hoy como las principales preocupaciones de la ortodoxia.

Históricamente, durante los primeros tres siglos del cristianismo, se constituyó la ortodoxia como la “regla de fe” (regula fidei). En los dos siglos siguientes, y en respuesta a los movimientos heterodoxos, se intentó presentar las creencias tradicionales en una terminología definitiva por medio de los principales concilios de la iglesia (Nicea, 325; Éfeso, 431; Calcedonia, 451). Se refutó al arrianismo, apolinarismo y nestorianismo y se los condenó a todos, ya que el Credo de los Apóstoles, el Credo Niceno y el Credo Atanasiano afirmaron las doctrinas ortodoxas respecto a Cristo, la Trinidad y la obra del Espíritu Santo.

El desarrollo de este cuerpo de dogmas en la iglesia occidental los condujo al siguiente dictamen: “Fuera de la iglesia no hay salvación” (Extra ecclesiam nulla salvatio est). De esta manera unieron la eclesiología y la soteriología en la ortodoxia. La ortodoxia oriental mantuvo un punto de vista menos dogmático y diferente de la unidad mística (Sobornost) de la fe, la práctica y la liturgia, y reconoció solamente siete concilios principales, finalizando con el Concilio de Nicea II el año 787 d.C. y la reafirmación del iconismo. El catolicismo de occidente reconoció 21 concilios (incluyendo el de Trento, 1545–63, y el Vaticano II, 1965). Y continuó promulgando dogmas individuales para la ortodoxia en el siglo XX (p.e., la asunción de la bendita virgen María, 1950).

El surgimiento de la erudición de la Reforma y la crítica histórica llevaron a reexaminar el acercamiento dogmático a la ortodoxia, afirmaron la naturaleza reveladora de la realidad inmutable y volvieron a plantear el asunto de las estructuras conceptuales cambiantes, en las cuales la ortodoxia puede ser enunciada (sola fidei, sola gratia, sola scriptura). Nos se reemplazaron los credos, sino se reformularon para una clasificación contemporánea en las diferentes confesiones denominacionales. El corazón de la ortodoxia está aún afirmada en el protestantismo por adherencia al carácter histórico y revelado de la fe bíblica; las doctrinas de la encarnación, la expiación y la Trinidad; y los sacramentos del bautismo y de la eucaristía. Estos son los fundamentos de la fe.

Véase también CRISTIANISMO, CREDO DE LOS APÓSTOLES, CONCILIOS DE LA IGLESIA, HEREJÍA.

Lecturas adicionales: Turner, The Pattern of Christian Truth, 241–498; Webber y Bloesch, eds., The Orthodox Evangelicals, 43–67; Chesterton, Orthodoxy.

JOHN S. LOWN

Lown, J. S. (2009). ORTODOXIA. En R. S. Taylor, J. K. Grider, W. H. Taylor, & E. R. Conzález (Eds.), E. Aparicio, J. Pacheco, & C. Sarmiento (Trads.), Diccionario Teológico Beacon (pp. 486–487). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.

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