Aunque los cristianos siempre han estado de acuerdo en que la muerte de Cristo salva, nunca ha habido consenso sobre cómo salva exactamente. Se han ofrecido varias explicaciones para responder a la pregunta «¿Qué logró la muerte de Cristo para nosotros?»
• Recapitulación: Cristo recapituló, o resumió, o recreó, todas las etapas de la vida (nacimiento, crecimiento, muerte). Como Él participó de nuestra vida y muerte, nuestra unión con Él nos permite participar de su resurrección. Cristo, el segundo Adán, tuvo éxito donde el primer Adán y su progenie fracasaron. Este punto de vista fue especialmente popular durante la época patrística.
• Sustitución penal: la muerte de Cristo pagó la pena justa por nuestros pecados. En lugar de castigar a la humanidad culpable, Dios aceptó la muerte voluntaria y sustitutiva del inocente y perfecto Hombre-Dios en nuestro lugar. Varias formas de este punto de vista han tenido un apoyo constante en cada época de la iglesia.
• Satisfacción: La muerte de Cristo satisfizo (hizo restitución) la ofensa a la justicia de Dios causada por el pecado de la humanidad, por lo cual debe pagarse un pago proporcional a la ofensa. La sumisión, la obediencia y la muerte de Cristo compensaron nuestra deuda. Este punto de vista fue popularizado por Anselmo de Canterbury a finales del periodo medieval.
• Influencia moral: la muerte de Cristo demostró el asombroso alcance del amor de Dios, que da lugar a una respuesta de amor en el corazón del pecador y, por tanto, a un cambio moral en su vida. Este punto de vista ha sido común entre las voces heréticas y liberales disidentes, particularmente en la era moderna.
• Ejemplo: la muerte de Cristo ejemplifica hasta qué punto los creyentes deben vivir de forma abnegada, anteponiendo a los demás y sirviendo con radical sumisión, obediencia y humildad. Aunque todos los cristianos creen que la muerte de Cristo enseña el verdadero sacrificio y amor, este punto de vista, como explicación exclusiva de la expiación, ha prevalecido principalmente entre los teólogos liberales de la era moderna.
• Gubernamental: Dios puede perdonar los pecados sin expiación; la muerte de Cristo no era necesaria para proporcionar la redención. Sin embargo, si Dios se limitara a perdonar los pecados, los perdonados no tendrían ninguna motivación para vivir rectamente. La muerte de Cristo, no un castigo por los pecados humanos, fue una demostración y un recordatorio para los creyentes arrepentidos de lo que su pecado merece. Este punto de vista surgió como una alternativa a los puntos de vista de la expiación sustitutiva y subjetiva en la era moderna.
• Christus Victor: La muerte y resurrección de Cristo destruyó el pecado, la muerte y el diablo, y los creyentes unidos a Cristo comparten esta victoria cósmica. Todos los creyentes han sostenido que la muerte y resurrección de Cristo lograron una victoria cósmica y eterna, aunque este tema específico o aislado fue más común en la época patrística y medieval y especialmente en la tradición ortodoxa oriental.
• Rescate: la muerte de Cristo pagó el precio para redimir a los pecadores de la esclavitud. Algunos han creído que el rescate se pagó a Satanás, para liberar a los pecadores de la esclavitud de su poder; otros han creído que el rescate se pagó a Dios para satisfacer la multa por el pecado (la muerte) y liberar a los creyentes de su esclavitud. Este tema ha sido popular a lo largo de la historia de la Iglesia; la opinión específica de un rescate pagado a Satanás fue sostenida principalmente por un puñado de padres patrísticos.
Kreider, G. R., Holsteen, N. D., & Svigel, M. J. (2015). Segunda parte: «Wise unto Salvation»: Evangelio, expiación y gracia salvadora. En N. D. Holsteen & M. J. Svigel (Eds.), Exploring Christian Theology: Creation, Fall, and Salvation (Vol. II, p. 173). Minneapolis, MN: Bethany House Publishers

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