Introducción
Este ensayo tiene como propósito presentar una alternativa reconciliadora entre la perspectiva premilenial, el amilenialismo y el posmilenialismo. Se utilizará como base la batalla de Armagedón. Pero antes, se presentará un panorama breve acerca de estos sistemas escatológicos. Todo estudiante de la profecía debe observar la amplitud que ha tenido la escatología a lo largo de la historia del cristianismo. Se podría afirmar que nunca habido unanimidad en cuanto al pensamiento escatológico.
Por lo tanto, para presentar una alternativa reconciliadora se debe entender que durante los primeros siglos de la iglesia existió diversidad en cuanto a la escatología bíblica. También fue así durante el período de la Reforma. No es nada nuevo, ni extraño que haya pensamientos distintos sobre los últimos tiempos. Aunque puede haber diversidad, se supone que al final cada sistema escatológico tenga algo en común y que ese énfasis sea la segunda venida de Cristo y su reino. Sin embargo, me parece que no hace falta hacer una dicotomía acerca de la segunda venida en gloria y su reino milenario.
El pensamiento escatológico en la iglesia de ayer
Los sistemas escatológicos han estado presentes desde la era patrística, una de las mejores obras referente a esta temática es Regnum Caelorum: Patterns of Millennial Thought in Early Christianity.[1] Se puede ver una variedad de pensamientos durante los primeros cuatro siglos de la iglesia. Aunque al principio el quiliasm tendió hacer un poco más dominante. De hecho, Charles Hill afirma que a veces se encuentra la suposición relacionada de que cualquiera en la iglesia primitiva que creía que la parusía estaba «cerca» (cualquiera que creyera en la parusía en absoluto) califica para la designación de quiliasta.[2] Pero poco después el pensamiento alegórico tuvo una influencia mayor, al punto que durante el periodo de Agustín de Hipona el pensamiento amilenial y algunos destellos del posmilenialismo se hacían notables. Ya el énfasis no era tanto en la cercanía de la parusía sino en el “ya” del reino.
Se puede decir que Agustín llevo la escatología a otro nivel. Su pensamiento influenciaría aún hasta el período de la Reforma. Pero ¿cuál era la idea que presentaba Agustín? ¿Por qué muchos lo ven como el padre del amilenialismo? José Saucedo da un buen resumen respecto al pensamiento de Agustín de Hipona:
Agustín presentó el mundo dividido en dos entidades, lo espiritual y lo temporal: La ciudad de Dios, que es la iglesia, y la ciudad terrenal. El creyente pertenece a ambas esferas. La iglesia como el reino de Dios es superior a lo mundano en todos los aspectos, ya que en ella y por ella se manifiestan siempre la soberanía y la justicia divinas. Los santos no reinarán sobre la tierra; ya están reinando. Su escatología es por lo tanto amilenialista. El milenio es concebido como una figura profética, una alegoría del final de los tiempos, plenamente vigente hoy, y con la parusía, segunda venida de Cristo, se inaugurará la eternidad.[3]
La escatología amilenial con destellos posmilenial que propuso Agustín gozo de un buen auge durante casi un milenio. No obstante, durante el periodo de la Reforma la iglesia comenzó a fragmentarse, de ahí surgen grandes debates doctrinales y dogmáticos. Pero también como afirma Gregg Allison, los reformadores protestantes no se opusieron a la escatología amilenial de la Iglesia Católica.[4] Por lo tanto, el pensamiento escatológico durante la Reforma tendría efectos más notorios en los movimientos protestantes que se aproximaban.[5] Posterior a la Reforma la iglesia comenzó a desarrollar una escatología centrada en el reino de Dios; esto en cierto sentido contrarrestaría el pensamiento apocalíptico impregnado en el mundo y la iglesia durante las crecientes crisis de la época Medieval.
La escatología de la iglesia pos-Reforma volvería hacer diversa, pero, ahora el tema del reino como algo futuro volvería estar en juego. Durante los últimos años se ha hecho mención acerca de tres a cuatro sistemas escatológicos, cada uno con énfasis distinto. Iniciaré con el premilenialismo que puede tener dos divisiones: premilenialismo histórico y el dispensacionalismo. Pero en este escrito se enfatizará el premilenialismo como un solo sistema.[6] También puede ser útil ver similitudes entre el amilenialismo y el posmilenialismo.[7]
Los sistemas escatológicos, su diversidad y su compatibilidad
De forma concisa el premilenialismo ubica la segunda venida de Jesucristo al final de la gran tribulación, donde ocurre la batalla de Armagedón, seguido por el reino de mil años que describe Apocalipsis 20. El amilenialismo tiene una visión más alegórica donde se centrará en el “ya” del reino, es decir, el reino esta presente desde la primera venida de Cristo, permanece activo en la iglesia, y Cristo actúa como rey, ejerciendo su dominio desde el cielo. El posmilenialismo tiende hacer más optimista que las demás posturas. Se caracteriza por el avance del evangelio, se denomina esos tiempos como “un periodo de oro” y de victoria para la iglesia. En otras palabras, la iglesia establece el reino en la tierra para que luego venga en rey a ejercer dominio sobre las naciones. Su visión esta un tanto alejada del “todavía no” y centrada en los avances de la iglesia en el tiempo presente.
Un punto importante es que cada sistema escatológico tiene algo en común, y es que cree que Jesucristo vendrá por segunda vez. También enfatizan el tema del reino en diferentes esferas, y, se puede afirmar que los sistemas escatológicos mencionados tienden a tener una tensión entre el “ya, todavía no”. Aunque para algunos el reino ya esta presente, al final será necesario una manifestación de este. Se puede argumentar que habrá una culminación del reino del Mesías, dando paso a la nueva creación que menciona Apocalipsis 21–22.[8] Ahora, el asunto a discutir es el papel que juega la batalla de Armagedón, y como estos sistemas escatológicos pueden llevar al lector al pensamiento de que Cristo vencerá a sus enemigos y reinará por siempre.
La batalla de Armagedón y su recapitulación en Apocalipsis 20
La visión amilenialista tiene una forma peculiar de interpretar la batalla de Armagedón. Esta se entiende a través de un paralelismo progresivo[9] que conecta la batalla final de Armagedón con la escena que presenta Apocalipsis 20, donde el agente del mal principal será Satanás. ¿Se podrá reconciliar ambos capítulos como un solo evento? Si se observa el libro de Ezequiel en los capítulos 38–39, hay una escena que escatológica que parece aludir a la batalla final. Los comentaristas no se ponen de acuerdo, pero sí hay dos respuestas posibles. En primer lugar, esta guerra puede ser una referencia a la batalla de los últimos tiempos paralela al drama que se efectuará en el Armagedón; segundo, puede ser vista como la guerra posterior al milenio donde Satanás saldrá engañar a las naciones para enfrentar al Cordero y su pueblo (Ap 20:7-10).
Para un amilenialista Apocalipsis 19–20 siguen el mismo patrón hermenéutico que se observa en el capítulo 6, 16. En términos simples el Armagedón es la batalla final para que Cristo reine en plenitud. Un comentario preciso a favor de este argumento lo expone Sam Storms cuando recapitula algunas visiones sobre las vistas de la batalla final, él afirma lo siguiente:
En pocas palabras, el Armagedón es un simbolismo profético de la derrota y el juicio colectivos del mundo entero por parte de Cristo en su segunda venida. La imagen de la guerra, de los reyes y las naciones luchando en un campo de batalla muy familiar (Megiddo), se utiliza como una metáfora de la derrota consumada, cósmica y decisiva por Cristo de todos sus enemigos (Satanás, la bestia, el falso profeta y todos los que llevan la marca de la bestia) en ese día final. «Esto sugiere que ‘Armagedón’ no es un lugar específico que pueda ser localizado en un mapa o alcanzado con la ayuda de un equipo GPS. Al igual que ‘Babilonia’ y ‘Éufrates’ en el libro del Apocalipsis, ‘Armagedón’ es un símbolo tipológico de la batalla final entre Dios y sus enemigos”.[10]
Algunos interpretes abrazarían esta interpretación sin problema alguno. Posiblemente los amilenialistas y posmilenialistas vean el Armagedón como el escatón final y la inauguración de una nueva era. Se podría argumentar que la primera alternativa, es decir, interpretar Ezequiel 38–39 como la guerra del Armagedón será una opción viable para los que no creen en un reino terrenal o milenario. Pero ¿qué se hará con los argumentos a favor de una última batalla cósmica, distinta al Armagedón? ¿Será el conflicto de Apocalipsis 20 una secuela de la batalla de Armagedón?
El triunfo de Cristo y la permanencia de su reino
La escena que cautiva a todos es una de victoria a favor de los santos. ¡El pueblo de Dios vencerá! El escenario escatológico y a su vez cósmico que presenta Apocalipsis 19 en la batalla de Armagedón, es el drama de salvación desde una perspectiva de triunfo. El Mesías venció de forma definitiva, lo que presenta Daniel 2, 7 es la misma escena que ve Juan en el Apocalipsis (caps.16, 19). El imperio del mal va a caer, Babilonia será destruida y nunca más se levantará (Ap 17–19). Esta escena descrita le dará paso a la consumación del reino; si se ve desde una visión premilenial, se podría afirmar una futura restauración de Jerusalén y un reino terrenal donde Cristo mismo gobernará a su pueblo como Rey y Señor de todo (Sal 2; Ap 2:26-27).
Sin embargo, ¿sería conflictivo que la batalla de Armagedón sea distinta a la guerra de Apocalipsis 20:7-10? Si se afirma que Ezequiel 38–39 es una batalla distinta a la escena de Apocalipsis 19:11-21, pero paralela a reunión de Gog y Magog por medio de Satanás como el agente final del mal; el objetivo seguirá siendo el mismo. El triunfo del Mesías fue definitivo, y aunque se levanten en contra del Cordero, él los vencerá. Lo mismo que ocurrirá en el Armagedón, ocurrirá en esta guerra final: los enemigos serán derrotados. Aunque, la intención de este escrito no es convencer al lector de una visión premilenial, me parece que sería justo citar un gran argumento que favorece este sistema escatológico; Grant Osborne escribe referente al paralelismo de Apocalipsis 20 y Ezequiel 38–39:
Las naciones se identifican ahora como «Gog y Magog», en referencia a Ezequiel 38–39, donde Gog (el rey de las tierras del norte) y «Magog» (que significa «la tierra de Gog») vienen a hacer la guerra contra el pueblo de Dios. Hay un orden interesante en Ezequiel que es paralelo a Apocalipsis 20. Después de que la nación es resucitada y reconstituida (el «valle de los huesos secos» en Ezequiel 37 = Apocalipsis 20:4-6), la coalición de naciones viene a destruirlos (Gog y Magog, Ezequiel 38 = Apocalipsis 20:7-9a) pero ellos mismos son destruidos (Ezequiel 39 = Apocalipsis 20:9b-14), y luego el pueblo de Dios glorificado disfruta del templo escatológico (Ezequiel 40–48 = Apocalipsis 21:1-22:5). Es poco probable que el conjunto de los capítulos 20–22 se inspire en Ezequiel, ya que los detalles no son lo suficientemente parecidos a los de Ezequiel. Sin embargo, existe una relación general, y es probable que Juan pensara en Ezequiel junto con otros como Isaías, Jeremías y Daniel mientras escribía.
En este caso, la relación con Gog y Magog es primordial, y Juan vio en 20:7-10 el cumplimiento de esa profecía. La profecía se refiere al rey de una tierra del norte, Gog, que decide invadir al «pueblo pacífico y desprevenido» de Israel (Ez 38:11) para saquear su tierra. Establecerá una coalición de «muchas naciones» (38:5-6) para invadir con «un poderoso ejército» (38:15-16). Sin embargo, Dios tiene el control y permite todo esto para que «las naciones sepan» que Dios es realmente Yahvé (38:16, 23; 39:6-7, 22, 28). Esto se convierte en una guerra escatológica, como se ve en el «después de muchos días»/»en años futuros» de 38:8 y la imagen de «sacudir los cielos» de 38:18-23. Así, el propósito de Dios es destruir la coalición de naciones y restaurar a su pueblo para que todos reconozcan que Él es Dios (39:25-29).[11]
Es notorio que cada sistema escatológico expondrá buenos argumentos para sostener su posición. El debate parece que nunca terminará. Lo importante sería contemplar como cada postura ubica el reino de Cristo como invencible. Por ende, será un reino eterno, donde los santos reinarán con él, como fue provisto al principio en el huerto del Edén (Gn 1:26-31; 2:7-10 Is 65:17; 66:22; Ap 21:1-4; 22:1-4).
Resumen
Aunque el Armagedón puede ser visto de diferentes formas a través de los sistemas escatológicos, ninguno invalida la revelación bíblica ni se opone a la hermenéutica de la redención. Tanto el amilenialismo, como el posmilenialismo y el premilenialismo ubican a Cristo como el Rey del cosmos y el vencedor del imperio del mal. Los sistemas escatológicos contienen variantes, lo que implica que son imperfectos y al pasar del tiempo experimentarán ciertas correcciones, o nacerán nuevas posturas escatológicas.[12] Esto puede llevar al lector a comprender que la escatología siempre será diversa, como ocurrió en la era patrística y durante la Reforma. Por lo tanto, las posturas expuestas sobre la batalla de Armagedón y el reino de Cristo no tienen la intención de hacer una dicotomía como se mencionó anteriormente; en la segunda venida en gloria, el Mesías resucitado que esta a la diestra del Padre ejerciendo su papel de rey y sacerdote, participará de la consumación del reino de Dios (1 Co 15:23-25), un reino que durará por la eternidad.
Conclusión
No hay duda de que el reino de Cristo esta activo en nuestra era (posición amilenial); pero, la iglesia debe de extender el reino de Dios para que el mundo participe de el (posición posmilenial); al final, el reino se consumará, aunque puede ser visto como un reino intermedio (posición premilenialista), será un reino eterno que pondrá fin a la posible secuela de un levantamiento final a manos de Satanás (Ez 38–39; Ap 20:7-10). Por eso la alternativa es, utilizar estos sistemas escatológicos para aprender más de las doctrinas proféticas y exaltar al único Rey victorioso. En fin, se repite la historia, Cristo vencerá. Venció como Cordero en la cruz, vencerá como León en la guerra de Armagedón. Cada postura escatológica aportará a las futuras generaciones y al pensamiento que concierne a los últimos tiempos. Resta decir… Maranatha.
Notas
[1] Hill, C. E. (2001). Regnum Caelorum: Patterns of Millennial Thought in Early Christianity (Second Edition). Grand Rapids, MI; Cambridge, U.K.: William B. Eerdmans Publishing Company.
[2] Ibíd., 250.
[3] Saucedo Valenciano, J. M. (2008). Controversias en la teología histórica. (F. Woodworth, Ed.) El Principio de la Sabiduría, 61.
[4] Allison, G. R. (2011). Historical Theology: An Introduction to Christian Doctrine. Grand Rapids, MI: Zondervan, 690.
[5] Para entender tener un pensamiento más claro acerca de la Escatología durante el periodo de la Reforma, recomiendo el capítulo de Escatología que escribe Kim Riddlebarger (2017). M. Barrett (Ed.), Reformation Theology: A Systematic Summary. Wheaton, IL: Crossway, 721.
[6] El premilenialismo histórico se le atribuye al pensamiento de los padres de la iglesia como a Ireneo de Lyon, Justino Martir, Papías, entre otros. Algunos de los escritores de la patrística eran abiertamente quiliastas, y sus aportes fueron la base para el resurgir de una escatología premilenialista. Especialmente el premilenialismo dispensacional utiliza a los padres de la iglesia para firmar que la iglesia de los primeros siglos fue premilenialista. Sin embargo, como se ha mencionado, esto puede ser debatible. Pero, lo interesante es que, el dispensacionalismo utiliza una idea más moderna, un tipo de dicotomía entre la iglesia e Israel. Esto ha provocado un dualismo eterno, y muchos puntos diferentes, que los premilenialistas históricos no están dispuestos a abrazar.
[7] El posmilenialismo es abiertamente preterista (mayormente parcial), y en ocasiones la segunda venida puede ser ubicada en la dectrucción del segundo templo para el año 70 d.C. Pero, sus puntos más importantes según algunos escritores se puede resumir en estos: 1. La iglesia no es el reino pero traerá el reino (una condición utópica, cristianizada) a la tierra predicando el Evangelio. O, como creen varios teólogos liberales, el Milenio se producirá mediante el esfuerzo humano y los procesos naturales. 2. Cristo no estará en la tierra durante el reino. Él gobernará en los corazones de la gente, y volverá a la tierra después del Milenio. 3. El Milenio no durará 1,000 años literales. 4. La iglesia, no Israel, recibirá el cumplimiento de las promesas a Abraham y David en un sentido espiritual. Campbell, D. K. (1991). Basic Bible Interpretation: A Practical Guide to Discovering Biblical Truth. Foreword. En C. Bubeck Sr. (Ed.), Colorado Springs, CO: David C. Cook, 231–232.
[8] En cada posición puede haber diferentes variantes. Algunas tendrán una visión futurista total (dispensacionalismo); otras serán más balanceada, manteniendo la tensión del “ya, todavía no” (premilenialismo histórico y dispensacionalismo progresivo); también se puede dar el caso de un preterismo total y parcial (el amilenialismo y el posmilenialismo tienden abrazar una visión más preterista). Pero en ocasiones, el método idealista puede regir la interpretación de Apocalipsis, manteniendo así una visión más historicista, donde las profecías tienden a tener relevancia a lo largo de la historia, para dar fortaleza al creyente y para que recuerde que Cristo el Cordero de Dios venció y vencerá.
[9] ¿Qué es un paralelismo progresivo? En palabras simples es una recapítulación. Es un resumen de palabras o escenarios que ya se presentaron. Sam Storms afirma: “ la mayoría de los amilenialistas interpretan el libro del Apocalipsis según lo que se denomina paralelismo progresivo”. Storms, S. (2013). Kingdom come: The amillennial alternative. Fearn, Scotland: Mentor, 427.
[10] Ibíd., 433. Para más información sobre el Armagedón, véase: 40 Questions about the End Times. Schnabel, E. J. (2011). Grand Rapids, MI: Kregel Academic & Professional, 219–233.
[11] Osborne, G. R. (2002). Revelation (Baker Exegetical Commentary on the New Testament). Grand Rapids, MI: Baker Academic, 711–712.
[12] Una alternativa a la escatología de hoy puede ser la que expone J. Richard Middleton en su libro A New Heaven and a New Earth: Reclaiming Biblical Eschatology. (2014). Baker Publishing Group. Otra recomendación sería el curso Perspectives on Eschatology: Five Views on the Millennium (2017). Compuesto por cinco exponentes: Bock, D. L., Moo, D. J., Storms, S., Leithart, P. J., & Wright, N. T. Trabajo editorial por Lexham Press.
Bibliografía
Allison, Gregg. Historical Theology: An Introduction to Christian Doctrine. Grand Rapids, Minnesota: Zondervan. 2011.
Barrett, Matthew. Reformation Theology: A Systematic Summary. Wheaton, Illinois: Crossway. 2017.
Hill, Charles. Regnum Caelorum: Patterns of Millennial Thought in Early Christianity. Grand Rapids, Minnesota; Cambridge, U.K.: William B. Eerdmans Publishing Company. 2001.
Middleton, Richard. A New Heaven and a New Earth: Reclaiming Biblical Eschatology. Grand Rapids, Minnesota: Baker Academic. 2014.
Osborne, Grant. Revelation. Grand Rapids, Minnesota: Baker Academic. 2002.
Schnabel, Eckhard. 40 Questions about the End Times. Grand Rapids, Minnesota: Kregel Academic & Professional. 2011.
Storms, Sam. Kingdom come: The amillennial alternative. Fearn, Scotland: Mentor. 2013.
Valenciano, José, (2008). Controversias en la teología histórica. Port Arthur, Texas: Floyd Woodworth. 2008.
Zuck, Roy. Basic Bible Interpretation: A Practical Guide to Discovering Biblical Truth. Colorado Springs, Colorado: David C. Cook. 1991.
Por Alfredo J. Velázquez
3 de octubre de 2021

Deja una respuesta