La Importancia Misiológica de Hechos 1.8

Un extracto del ensayo «La Missio Dei a través de la Teología Bíblica» presentado a Global University

Escrito por Joel Rivera

La comisión de Hechos 1.8 es similar a la de Mateo 28.19-20 de ir a hasta lo último de la tierra dando testimonio y haciendo discípulo a las naciones. En Hechos 2.39 Pedro confirma la extensión de esta misión al declarar “para vosotros es la promesa…para cuantos el Señor llamare …”. En la defensa de Esteban él desarrolla esta idea citando diferentes pasajes del Antiguo Testamento. El discurso de Esteban puede resumirse en esto: “el Dios soberano manifiesta su presencia a aquellos que, aunque están lejos de Israel cumplen su misión” (York 2000, 94). En este mismo discurso probablemente Pablo estaba presente y al finalizar el mismo él estuvo de acuerdo con la ejecución de Esteban. En Hechos 22.21 él recibe una visión del Señor y es enviado a los gentiles. En esta misma misión él recuerda como consentías u muerte y tenía temor de ir a los gentiles pues temía ser rechazado por ellos por su fama de asesino de cristianos.

En Hechos el creyente puede observar cómo los discípulos comisionados a dar testimonios cumplieron la misión. El evangelio llego hasta lo último de la tierra en esos días una referencia a Roma. Como discípulos los cristianos tienen el deber de continuar con esta misión de anunciar las buenas nuevas. La Missio Dei tiene continuidad en la iglesia hasta el retorno de Cristo.

Los creyentes una vez salvos tienen la misión de predicar las buenas nuevas al mundo. Esto es parte de la gran comisión de Mateo 28.16-20 a los discípulos de Jesus. El Señor antes de ascender prometió un empoderamiento para esta misión Hechos 1.8. La experiencia de ese empoderamiento se conoce como “bautismo en el Espíritu” y esta seriamente ligado a la salvación de los creyentes y su misión. York escribe “si la salvación y su consecuente compromiso a una vida de discipulado forman el fundamento del servicio, el bautismo provee el poder para dicho servicio” (2000, 204). Esta capacitación para servicio se puede notar en la actividad de la iglesia después de Pentecostés. Los aproximadamente ciento veinte discípulos entre ellos también los apóstoles predicaron fervientemente el evangelio según Hechos. Horton señala “a partir de pentecostés la iglesia se mantuvo activa en la labor de establecer iglesias y predicar el evangelio” (1996, 452). Por lo tanto, el propósito del bautismo es proveer a la iglesia el poder necesario para cumplir la gran comisión. El Señor no solo salva a los que llama, sino que los capacita para cumplir la misión y llevar a salvación a las naciones.

Los discípulos podían confirmar el recibimiento del bautismo a través del derramamiento del espíritu con la señal de las lenguas. La salvación de los creyentes se puede identificar cuando ellos abandonan el pecado y reconocen el señorío de Cristo. El bautismo en el espíritu es identificado cuando los creyentes hablan en lenguas. Estas lenguas sirven como señal externa de la experiencia. En el libro de Hechos esta señal se ve de forma natural en Pentecostés, en Samaria y en la casa de Cornelio. El bautismo y la señal que le acompañan es una promesa para todos aquellos que sean discípulos del Señor Jesucristo.

Bibliografía

Horton, Stanley M. 1996. Teología Sistemática: Una Perspectiva Pentecostal. Miami, Florida: Editorial Vida.

York, John. 2000. Las Misiones en la Era del Espíritu. Springfield, Missouri: Editorial RDM.

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