¿Uno o varios eventos?
Un examen cuidadoso de los textos proféticos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, nos aclara que el «Día de YHWH» abarca una serie de acontecimientos que, muchas veces, aparecen superpuestos en el horizonte de la perspectiva profética (v. por ej., 2.a P. 3:7–14) y tienen como común denominador el triunfo final de Dios sobre la muerte, el pecado y el diablo; en una palabra, sobre todo mal proveniente de la caída original y sobre toda potestad que se haya levantado contra el Reino de los cielos. Este triunfo final traerá consigo, tanto bendiciones como castigos de proporciones desconocidas hasta entonces.
Pero hemos de preguntarnos: ¿Se trata de un solo tiempo o de varios eventos, separados entre sí por períodos, más o menos amplios, de años o aun de siglos? Todos los amilenaristas engloban en uno solo la serie de acontecimientos que caracterizan «el Día de YHWH». Así, por ejemplo, dice E. F. Kevan:
Un cuidadoso examen del uso de estos términos («aquel día», «el día de Jesucristo», «el día del Señor», v. 1.a Ts. 5:4; 1.a Co. 3:13; 2.a Ts. 1:10; 2.a Ti. 1:12; 4:8; Flp. 1:6; 2:16; 1.a Co. 1:7–8; 5:4–5; 1.a Ts. 5:2; 2.a Ts. 2:1–3) muestra que la Segunda Venida es un solo evento. Hay, sin embargo, quienes sostienen que el término «venida» se refiere a un advenimiento de Cristo que tendrá lugar algunos años —al menos, siete— antes de la Aparición, Revelación, o Día de Cristo. Un repaso a los más relevantes pasajes muestra que tal aserción no es verdadera, sino que la «Venida» se sincroniza con la Aparición, Revelación y Día del Señor. Si, en la «Venida», los creyentes son arrebatados de la tierra, como algunos afirman, entonces, por supuesto, no se les puede exhortar a que esperen o aguarden las cosas que se refieren particularmente a los otros aspectos del gran acontecimiento. Pero si, por el contrario, los creyentes esperan, no sólo la Venida, sino también la Aparición, la Revelación y el Día del Señor, entonces estos acontecimientos no pueden distinguirse de la manera que algunos han supuesto.1
Varias son las equivocaciones que advertimos en el párrafo que precede:
A) El profesor Kevan hace un acopio de textos que parecen referirse a un solo evento, pero no se percata de la superposición evidente de planos que se da en varios de ellos. B) Los premilenaristas admitimos una sola Segunda Venida de Cristo, pero en dos fases: (a) primera, cuando venga por sus santos (v. 1.a Ts. 4:17); ésta no puede llamarse «Aparición», «Revelación», ni siquiera «Parusía» = Venida (lit. Presencia), puesto que no será el Señor quien descenderá a la tierra, sino que la Iglesia será «arrebatada… para salir al encuentro del Señor EN EL AIRE» (1.a Ts. 4:17); (b) segunda, cuando el Señor venga con sus santos (v. Ap. 19:11 ss.), visible a todos (Ap. 1:7); sus pies se posarán sobre el Olivete (Zac. 14:4); Israel, a punto de ser totalmente destruido, se volverá a su Mesías con oración y arrepentimiento (Zac. 12:10–14). Entre estas dos fases, habrá tenido lugar la Gran Tribulación.
En cuanto al «Día del Señor», en su sentido más genérico, opinamos que se desdobla en tres acontecimientos que se desarrollan en orden inverso al curso que ha tomado la Historia de la Salvación: (a) Elohim (Gn. 1); (b) YHWH (Gn. 2); (c) Jesús (Lc. 1). Así que distinguimos: (a’) El Día de Jesucristo; (b’) El Día de YHWH —o del Señor; y (c’) El Día de Dios.
1 Correspondence Course, VII, V, p. 7 (el subrayado es suyo).
Lacueva, F. (1997). Escatología II (Vol. IX, pp. 145–147). Barcelona: Editorial Clie.

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