LA FUTURA CONVERSION DE ISRAEL

Un importante «misterio» revelado acerca de Israel

Como ha demostrado Sanford C. Mills,43 los capítulos 9–11 de la epístola de Pablo a los fieles de Roma, lejos de ser un «paréntesis», constituyen el eje de la epístola e, incluso, el clímax hacia el que toda la enseñanza teórica se mueve (v. 10:1–3). Incluso las primeras consecuencias prácticas que el Apóstol deduce de la doctrina de los primeros 11 capítulos están en la línea de la Historia de Israel (v. 12:1–2, con la mención sacrificial y la exhortación a la renovación de la mente, que nos recuerda el primer mensaje del Reino (comp. con Mt. 3:2; 4:17; Mr. 1:15).

Pero dentro de estos tres capítulos pivotales, destaca, por su tremenda importancia, la porción de Ro. 11:25–27, que dice así:

«Porque no quiero que ignoréis, hermanos, el misterio este, para que no seáis sensatos en vuestra propia opinión (lit. para vosotros mismos): Israel ha tenido endurecimiento en parte, hasta que entre (tiempo aoristo: de una vez que cierre la cuenta) la plenitud de las naciones (es decir, de los no judios),

y así todo Israel será salvo, conforme está escrito,

Vendrá de Sión el Libertador,

apartard de Jacob la impiedad;

Y éste será de mi parte el pacto con ellos, cuando (yo) quite (o corte) los pecados de ellos».

La paráfrasis que Sanford C. Mills hace del versículo 25 es digna de citarse:

Pablo ha estado explicando en el capítulo 11 la posición de Israel en el mundo y en la Iglesia. Ahora se dirige a los creyentes de Roma y viene a decirles: «Mis hermanos en la fe de Cristo, quiero explicaros el resultado final del programa de Dios para con mis parientes según la carne, los judíos. La ceguera que Dios ha permitido en los judíos es parcial, no es definitiva ni fatal, y continuará hasta que la plenitud del pecado de las naciones haya recorrido su curso en la historia profética.»44

¿Cuál es el misterio a que Pablo se refiere? El misterio no es que todo Israel haya de ser salvo, pues eso estaba ya en las profecías del Antiguo Testamento, sino el endurecimiento de la mayoría inmensa de los judíos (v. Hch. 13:46, punto importante en la historia de Israel), que dio oportunidad para que los no judíos entrasen en gran número en las filas de la Iglesia.

«La plenitud de los gentiles» no significa que Israel se convertirá cuando lo haya hecho el último de los gentiles por convertir, sino que, como demuestra contundentemente S. C. Mills,45 es una frase sinónima de «los tiempos de los gentiles»; esto, por varias razones:

(a) La Iglesia no se compone sólo de gentiles, sino también de judíos (v. 1.a Co. 12:13; Ef. 2:14–18; 3:4–6; Gá. 3:28).

(b) Si la frase «plenitud de los gentiles» signifícase el final de la formación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, Israel habría de ser salvo al comienzo de la Gran Tribulación, una vez arrebatada la Iglesia, lo cual es falso, ya que Israel, como nación, será salvo cuando haya pasado por el «tiempo de angustia para Jacob» (Jer. 30:7), como puede verse por el capítulo 12 de Zacarías. Es un proverbio comúnmente admitido por los rabinos que «cuando veas el tiempo en que muchas aflicciones vendrán como un río sobre Israel, aguarda entonces la venida del Mesías mismo».46

«Todo Israel» (v. 26) no significa todos los individuos (el pronombre griego es pas, distributivo, no holós = entero), sino un número suficiente para poder hablar de una conversión a escala nacional. Que habrá un cierto número de israelitas rebeldes aún, lo sabemos por el juicio de Israel, del que hablaremos en la lección 29.a.

Para confirmar su aserción, Pablo cita conforme a los LXX, de Is. 59:20, 21. El contexto de este pasaje desde el comienzo del capítulo, pero especialmente desde el versículo 16, nos muestra un panorama escatológico en que el pecado campará por sus respetos, y la situación será tan angustiosa para Israel, que no se verá esperanza de ayuda por ninguna parte (comp. con 63:5), pero el Mesías se vestirá completamente de guerrero (comp. v. 17 con Ef. 6:14 ss.) y arremeterá contra los enemigos de Sión (comp. v. 18 con Ap. 16:19–20). Es entonces cuando el v. 20 introduce por su nombre al Libertador, traído poderosamente por el «ruaj YHWH», como dice el versículo 19.

Así lo atestigua Dios el Padre (v. 20, YHWH) y expone su futuro pacto (v. 21) con Israel, al que se refiere Pablo en Ro. 11:27.47

43 A Hebrew Christian looks at… Romans (American Board of Missions to the Jews, 1971), pp. 286 y ss.

44 Op. cit., p. 383.

45 Op. cit., pp. 384 y ss.

46 Tract, Sanhedrin, fol. 98:1 (citado por S. C. Mills, op. cit., p. 385).

47 Discuten los exegetas si Ro. 11:27b cita de Is. 27:9, como se ve en las referendas de la RV, o de Jer. 31:34, pero, como dice S. C. Mills (op. cit., p. 388): «la verdad central de Ro. 11:27—que los pecados de Jacob serán quitados según el pacto de YHWH—se halla, tanto en el pasaje de Isaías como en el de Jeremías».

Lacueva, F. (1997). Escatología II (Vol. IX, pp. 174–176). Barcelona: Editorial Clie.

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