«Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.» — Efesios 6:10-12 RVR1960
• La armadura de Dios para el conflicto espiritual (6:10–20)
¿Podemos imaginar la situación de Pablo en una prisión, probablemente en Roma? Mientras escribe sus cartas desde la prisión, incluyendo Efesios, lo vigila un soldado romano. Quizá sea esto lo que lo lleva a referirse al conflicto espiritual que encaran los cristianos como lo hace en este pasaje. Ya antes ha exhortado a sus lectores romanos a ponerse “la armadura de la luz” (Ro 13:12) y a los tesalonicenses a permanecer “protegidos por la coraza de la fe y el amor, y por el casco de la esperanza de salvación” (1Ts 5:8). Ahora exhorta a los creyentes a ponerse toda la armadura de Dios (6:11). Esa será para ellos la manera de fortalecerse con el gran poder del Señor (6:10), ya que todas las partes de la armadura son dones espirituales provistos por Dios.
La lectura de este pasaje junto con otros pasajes de la misma carta muestra claramente la tensión escatológica entre el “ya” y el “todavía no” que caracteriza a todo el NT. Pablo ha afirmado que por la acción de Dios en Cristo los poderes de las tinieblas ya han sido subyugados (1:20–21); que para los creyentes, la vida dominada por “el que gobierna las tinieblas” es cuestión del pasado (2:2), y que la sabiduría de Dios se da a conocer “ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales” (3:10). En contraste, en este pasaje Pablo exhorta a los creyentes a ponerse toda la armadura de Dios para hacer frente a las artimañas del diablo (6:11) y resistir a sus huestes, incluyendo a poderes (arxôn), autoridades (ekusia) y potestades (kosmokrator) hasta el fin con firmeza (6:12–13). Da por sentado que estos poderes del mal siguen aún en plena actividad.
La armadura consiste en seis piezas: el cinturón, la coraza, los calzados, el escudo, el casco y la espada. Representan los recursos provistos por Dios para el conflicto espiritual: la verdad, la justicia, el evangelio de la paz, la fe, la salvación y el Espíritu (la palabra de Dios). De las seis piezas mencionadas, cinco están diseñadas para la defensa y solo una, la última, sirve para la defensa y el ataque (6:14–17). Aunque la armadura proviene de Dios, a los cristianos les corresponde ponérsela y hacer uso de ella.
El párrafo concluye con un llamado a la oración en el Espíritu (6:18–20), en primer lugar por todos los santos (6:18), y en segundo lugar por el apóstol, embajador en cadenas (6:19–20). Tal llamado pone en relieve la ineludible necesidad de depender de Dios en el uso de los recursos que Dios ha provisto a su pueblo para vencer el mal y cumplir su misión en el mundo.
René Padilla, C. (2019). CARTA A LOS: EFESIOS. En C. R. Padilla, M. Acosta Benítez, & R. Velloso Ewell (Eds.), Comentario Bíblico Contemporáneo: Estudio de toda la Biblia desde América Latina (Primera edición, pp. 1544–1545). La Paz, Bolivia; Barcelona, España; Buenos Aires; Lima: Certeza Unida; Andamio; Ediciones Puma; Ediciones Kairos; Certeza Argentina; Editorial Lampara.

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