LA PROMESA Y NUESTRA ESPERANZA

Asunto: Las promesas de Dios

Proposición: Que el pueblo de Dios pueda tener la actitud correcta hacia las promesas de Dios. Que puedan aferrarse a ellas de tal forma que su esperanza en en ellas jamás decaiga.

Texto bíblico: 13 Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo, 14 y dijo: «Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia.» 15 Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido. 16 Los seres humanos juran por alguien superior a ellos mismos, y el juramento, al confirmar lo que se ha dicho, pone punto final a toda discusión. 17 Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su propósito es inmutable, la confirmó con un juramento. 18 Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros. 19 Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, 20 hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros, llegando a ser sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. He 6:13–20.

Introducción: Las promesas son algo frecuente en nuestro mundo. Los seres humanos hacen promesas cuando:

forman amistades

hacen compromisos

Se unen matrimonialmente con otra persona

Cuando desean darle seguridad a otra persona de que cumplirán su palabra.

Tales promesas no siempre se cumplen y a veces solamente quedan en palabras. Esto ha creado que las personas hoy en día sean mas incrédulas sobre en que deben confiar. Con nuestro Señor Jesucristo no existe tal cosa, pues las promesas de Dios nunca fallan. El autor de Hebreos nos enseña como las promesas en la biblia son un ejemplo de que las promesas hechas al pueblo de Dios se cumplirán. De modo que podemos tener nuestras esperanzas con firmezas en medio de la inconstancia del mundo que vivimos.

CUERPO DEL MENSAJE

1) La promesa de Dios a Abraham 13-15

Dios juro (prometió) por si mismo: La mayor garantía que tenemos de las promesas de Dios es que él mismo las realizo. En la historia bíblica y más específicamente en la historia de Abraham podemos ser espectadores como en medio de las dificultades Dios jamás falto a su promesa. Incluso aunque parecía imposible a la luz de los ojos naturales de Sara el hombre de fe confió en la promesa de Dios obedeciendo la petición de Dios desde salir de ur hasta estar dispuesto a asesinar a su hijo.

Abraham recibió lo prometido: Las promesas hechas abraham abarcan un cumplimiento futuro. Dios le prometio no solamente un hijo sino una gran descendencia. Sin embargo el nacimiento de Isaac garantiza la fidelidad de Dios. lo que parecia imposible por la edad de abraham y Sara se hizo posible por el poder de Dios. Hoy abraham no solamente tiene una descendencia terrenal sino que los creyentes son hijos espirituales de abraham por la fe. Nosotros hoy somos testigos y resultado de las promesas de Dios a abraham.

Ilustración: En los primeros días de la Segunda Guerra Mundial los japoneses tomaron prisionero al doctor Theron Rankin, que era misionero bautista en China. Entonces quedó separado de todos sus seres amados: familiares y amigos, y fue despojado de todas las cosas que eran de su propiedad personal. No tenía esperanzas de que alguien lo protegiera, ni siquiera un gobierno amigo del de su país: los Estados Unidos de la América del Norte. Todo lo que podía hacer era confiar en Dios, en Cristo y en el Espíritu Santo; lo único que tenía eran las promesas de las tres Divinas Personas. Muchos meses después un barco neutral sueco, el Chripsholm, llevó al doctor Rankin a su patria. Más tarde dijo que cuando no tenía más en quien confiar, sino en Dios, en Cristo y en el Espíritu Santo, su actitud hacia sus captores japoneses cambió, y desapareció el temor que antes había tenido

Aplicación: El que Dios tenga promesas con nosotros su pueblo nos da esperanza y seguridad de que nada de lo que hagamos para él sera en vano. Nuestra lectura de la biblia nos anima en confiar en sus promesas como aquellos hombres de fe confiaron. Las promesas de Dios se cumplirán sobre nosotros sin importar la circunstancia que vivamos él no falla.

2) La Certeza de la Promesa 16-18

Los juramentos humanos dan certeza: Los juramentos o las promesas son acuerdos done las personas ponen su compromiso con un sello de seguridad. En los tiempos bíblicos las personas los hacían para tener seguridad en sus compromisos. Siempre estos juramento implicaban la invocación de una consecuencia negativa al no cumplir la promesa.

La promesa de nos da certeza: El autor de hebreos menciona una realidad de Dios que transciende todo el tiempo hasta nuestros días, el no cambia. Dios conociendo que nosotros somos faltos de fe inseguros y débiles nos dio la garantiza de que las promesas provienen de él y no de ningún hombre. Este estimulo de fe nos hace aferrarnos a su presencia en los momentos de incertidumbre. Abraham experimento momentos de incertidumbre y de ahi nació Ismael. Dios conoce que también podremos pasar tiempos asi pero es cuando nosotros debemos anclarnos en nuestra esperanza que descansa en sus promesas.

Ilustración: Un pastor nos cuenta una historia de fe en los momentos de mayor incertidumbre y temor. Cuando llegué junto al lecho de una hermana, que era un miembro de mi propia iglesia, le pregunté: —¿Estas muy enferma, hermana?—Muy enferma, pastor, estoy … muriéndome …—¿Estáis preparada para morir?—Pastor … —me contestó solemnemente—: Dios sabe que le he tomado la palabra … él me ha de cumplir, me ha de ayudar … según su promesa … y por esto … no tengo miedo de morir.

Aplicación: Tener esperanza es sinónimo de tener fe, confiamos en aquello que no vemos, confiamos en un futuro que no podemos tocar, pero esa esperanza en lo por venir nos motiva a vivir el hoy. Los cristianos somos un pueblo de fe y esperanza que espera no en las cosas de esta tierra sino en el por venir en el futuro reino escatologico de Dios. Nos aferramos a sus promesas no por lo que vemos sino por quien hace esas promesas, nuestro Dios inmutable.

3) La promesa de nuestra esperanza 19-20

Un ancla de esperanza: Nuestra seguridad en el cumplimiento de las promesas de Dios esta tan segura como un barco anclado en medio de vientos turbulentos. Nuestra ancla no falla es inmutable y poderosa. Nuestra alma esta anclada en Dios en su presencia en el lugar santisimo donde hay seguridad. El autor de hebreos nos dice que nuestra esperanza entra en la presencia de Dios. Un lugar donde antiguamente estaba prohibido el acceso hoy los creyentes por medio de Cristo tenemos el anticipo del cumplimiento la presencia del Espiritu en nuestra vida. Asi como abraham recibio a isaac como muestra de lo por venir nosotros hemos recibido al Espiritu como un anticipo del cumplimiento de la gloria futura. Si hoy experimentamos ese beneficio de las promesas de Dios nuestra esperanza esta segura en Cristo.

Llegando a ser sumo sacerdote para siempre: Jesucristo se encarno murió y resucito y fue exaltado a la diestra de Dios donde hoy es nuestro sumo sacerdote en el cual tenemos perdón y salvación. No solamente tenemos esperanza por el derramamiento del Espiritu sino por el oficio sacerdotal de Cristo que nos garantiza nuestra salvación en Dios. Pues el mismo declaro “voy a preparar lugar para vosotros” su vida y resurrección son nuestra esperanza para la vida eterna. Descansamos en su obra en lo que hizo por nosotros en lo que esta haciendo y en lo que hará cuando regrese por su pueblo. Así pues en Cristo tenemos descanso y esperanza que nada nos podra separar de su amor.

Ilustración: Observación de la vida de cada creyente, hacer reflexionar como lo que Dios ha hecho personalmente por ellos es garantiza de lo que hará futuramente también.

Aplicación: Nuestra esperanza es viva porque nuestro Dios es vivo. Nuestra esperanza es segura porque Dios no cambia. Nuestra esperanza es real porque hemos experimentado los beneficios de las promesas de Dios. En nuestros días difíciles debemos pensar en estas cosas reflexionar y fortalecernos en fe que nuestro Dios nunca falla.

Conclusión: Nuestra esperanza radica en las promesas de Dios. Tenemos la certeza de que esas promesas se cumplirán en nuestra vida y en el pueblo de Dios. De estas promesas ya tenemos una adelanto pues poseemos al espíritu y a nuestro sumo sacerdote como intercesor a nuestro favor. Que la meditación de nuestro corazón cada día reflexione en las promesas fieles de nuestro Señor.

Un sermón escrito por Joel Rivera

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