Consideremos ahora un texto único del Evangelio de Lucas, el registro de Lucas del envío de los Setenta (Lucas 10:1–16). Tres evangelios sinópticos registran las palabras de la instrucción de Jesús a los Doce, cuando Él los envía en su misión. Sin embargo, sólo Lucas registra un segundo y más numeroso envío de discípulos (Lucas 10:1–16). En Lucas 10:1 leemos: “Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir”. Luego agrega una serie de instrucciones detalladas. Finalmente, Jesús les recuerda de la autoridad que poseen: “El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió” (10:16).
Una cuestión importante gira en torno al número de discípulos que Jesús envió y su significado. La evidencia de los manuscritos está, en este punto, dividida. Algunos manuscritos leen “setenta”, mientras otros elevan el número a “setenta y dos”. Bruce Metzger, en su artículo sobre este asunto, notó que la evidencia externa de manuscrito está regularmente dividida, y que las consideraciones internas no son tampoco concluyentes. Por lo tanto, Metzger concluyó que el número “no puede ser determinado con certeza”.31 La erudición más reciente ha estado de acuerdo en gran parte con Metzger, con una mayoría que opta con cautela por la autenticidad de “setenta y dos” como la lectura más difícil.32 Aunque no podamos determinar con certeza el número, es importante mantener en mente la naturaleza dividida de la evidencia de manuscritos cuando luchamos con el significado de este texto.
La mayoría de los eruditos están de acuerdo en que el número (que por conveniencia, llamaremos “setenta”) tiene un significado simbólico. Seguramente la selección por parte de Jesús de doce discípulos no fue ningún accidente. El número doce claramente simboliza la reconstitución de Israel (Gn. 35:23–26), el pueblo de Dios. Esto sugiere que el número setenta se basa en la narrativa del Antiguo Testamento, y tiene también un significado simbólico. Se han ofrecido varias propuestas,33 no obstante yo sostendría que el trasfondo para la referencia a los “setenta” debe encontrarse en Números 11:24–30. Este pasaje describe cómo el Señor “tomó del espíritu que estaba en él [Moisés], y lo puso en los setenta varones ancianos” (Nm. 11:25). Esto hizo que los setenta ancianos, que se habían reunido alrededor del Tabernáculo de reunión, profetizaron por un breve momento. Sin embargo, otros dos ancianos, Eldad y Medad, no fueron al Tabernáculo de reunión; antes bien, ellos per-manecieron en el campamento. Sin embargo, el Espíritu también cayó sobre ellos y comenzaron a profetizar y continuaron haciéndolo. Al oír Josué estas noticias, corrió adonde estaba Moisés y le urgió a detenerlos. Moisés contestó: “¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos” (Nm. 11:29).
La propuesta de que Lucas se refiere a Números 11 tiene varias ventajas significativas por sobre otras explicaciones: (1) cumple con las dos tradiciones textuales que son la base de Lucas 10:1 (¿Cuántos realmente profetizaron en Números 11?); (2) encuentra cumplimiento explícito en la narrativa de Hechos; (3) se vincula con uno de los grandes temas de Lucas-Hechos, la obra del Espíritu Santo; y (4) numerosas alusiones a Moisés y sus acciones en la narrativa de viajes de Lucas apoyan nuestra suposición de que el simbolismo para la referencia de Lucas a los Setenta debiera encontrarse en Números 11.34
Con este trasfondo en mente, el significado del simbolismo se encuentra en el aumento del número de discípulos “enviados” en misión, de Doce a Setenta. La referencia a los Setenta evoca la memoria del deseo de Moisés de que “ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta”, y de esta manera señala a Pentecostés (Hechos 2), donde este deseo se cumple inicial y dramáticamente. Este deseo se sigue cumpliendo a través de Hechos a medida que Lucas describe la venida del Espíritu de profecía, que inviste de poder, a nuevos centros de actividad misionera, tales como aquellos congregados en Samaria (Hechos 8:14–17), en la casa de Cornelio (Hechos 10:44–48), y en Efeso (Hechos 19:1–7). La referencia a los Setenta, entonces, no sólo simplemente anticipa la misión de la iglesia a los gentiles; sino antes bien, prevé el derramamiento del Espíritu sobre todos los siervos del Señor, y su participación universal en la misión de Dios (Hechos 2:17–18; cf. 4:31).35
Desde la perspectiva de Lucas, cada miembro de la iglesia es llamado (Lucas 24:45–49; Hechos 1:4–8/Is. 49:6) e investido de poder (Hechos 2:17–21; cf. 4:31) para ser un profeta. Lejos de ser un acontecimiento único e irrepetible, Lucas subraya que la investidura profética de poder experimentada por los discípulos en Pentecostés está disponible para todo el pueblo de Dios. Su historia es en verdad nuestra historia. En Pentecostés, el deseo de Moisés comienza ahora a ser realizado. Lucas 10:1 anticipa el cumplimiento de esta realidad.
31 Bruce Metzger, “Seventy or Seventy-Two Disciples? [¿Setenta o setenta y dos discípulos?]”, New Testament Studies 5 (1959), 299–306 (cita de p. 306). Véase también la respuesta de Sidney Jellicoe, “St Luke and the ‘Seventy (-Two) [San Lucas y los setenta (y dos)”. New Testament Studies 6 (1960), 319–21.
32 Una “lectura más difícil” se refiere a una versión única de un texto preservado en manuscritos tempranos que es difícil de explicar como una corrección, omisión o adición de un copista. Así, esta lectura “difícil” a menudo es considerada como la auténtica. Todos los siguientes eruditos favorecen la lectura “setenta y dos” como la original: Darrell L. Bock, Luke 9.51–24.53, Baker Exegetical Commentary of the New Testament [Comentario exegético del Nuevo Testamento] (Grand Rapids: Baker Academic, 1996), 994; I. Howard Marshall, The Gospel of Luke: A Commentary on the Greek Text [El Evangelio de Lucas: Comentario del texto griego] (NIGCT; Grand Rapids: Eerdmans, 1978), 415; Joel Green, The Gospel of Luke [El Evangelio de Lucas] (NICNT; Grand Rapids: Eerdmans, 1997), 409; Robert C. Tannehill, The Narrative Unity of Luke-Acts: A Literary Interpretation, Volume 1: The Gospel According to Luke [La unidad narrativa de Lucas-Hechos: Una interpretación literaria. volumen 1: El Evangelio según Lucas] (Philadelphia: Fortress Press, 1986), 233; Craig Evans, Luke, New International Biblical Commentary (Peabody: Hendrickson, 1990), 172. Una excepción a esta regla general es John Nolland, que prefiere la lectura “setenta” (Luke 9.21–18.34, Word Biblical Commentary 35B [Dallas: Word, 1993], 546).
33 Para las diversas opciones véase Metzger, “Seventy or Seventy-Two Disciples?”, 303–4 y Bock, Luke 9.51–24.53, 1015.
34 Para un apoyo más detallado de esta posición, véase Robert P. Menzies, The Language of the Spirit: Interpreting and Translating Charismatic Terms [El lenguaje del Espíritu: Interpretación y traducción de términos carismáticos] (Cleveland, TN: CPT Press, 2010), 73–82.
35 Keith F. Nickle, Preaching the Gospel of Luke: Proclaiming God’s Royal Rule [Predicando el Evangelio de Lucas: Proclamando el gobierno regio de Dios] (Louisville: Westminster John Knox Press, 2000), 117: “Los ‘setenta’ es la iglesia en su totalidad, incluyendo la propia comunidad de Lucas, anunciando irrupción del gobierno regio de Dios a lo largo y ancho de la creación de Dios.”
Menzies, R. P. (2013). Pentecostés: Esta historia es nuestra historia. (M. Gallardo, Trad.) (pp. 33–36). Springfield, MO: Gospel Publishing House.

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