Día de reposo (שַׁבַּת־, shabbath-). Día de completo descanso del trabajo secular luego de seis días de labor. Establecido y ejemplificado por Dios.
Introducción
El concepto de sabat se modificó con el tiempo. En el Antiguo Testamento, el sabat comenzó como un día santo dedicado a Dios, que incluía la cesación del trabajo secular. Durante el período intertestamentario, el sabat adquirió un tono legalista, y llegó a incluir aspectos detallados de la observancia. Durante la era del Nuevo Testamento, Jesús confrontó y clarificó el sentido del sabat.
Antiguo Testamento
La palabra “sabat” (שַׁבַּת־, shabbath-), que significa “cesar”, “descansar”, “descanso total” o “desistir” aparece en cada sección del texto bíblico. Diversas formas de la palabra שַׁבַּת־ (shabbath-) aparecen 104 veces en el Antiguo Testamento. Alrededor del 40 por ciento de los casos están en el Pentateuco, otro 40 por ciento en los Libros Proféticos, y el restante 20 por ciento en la Literatura de Sabiduría y en los Libros Históricos. La Literatura de Sabiduría contiene solamente dos referencias al sabat (Sal 92:1; Lam 2:6). Los textos asociados con el sacerdocio contienen la mayor cantidad de referencias al sabat. Se cree que el sustantivo שַׁבַּת־ (shabbath-) deriva del verbo שַׁבַּת־ (shabbath-), y significaría “descanso-sabat”.
Referencias en el Pentateuco. Aunque la palabra sabat no aparece en Génesis, el concepto se presenta en el relato de la creación de Gén 1:1–2:4a, donde Dios crea el mundo y todos los seres vivientes en seis días y descansa (שַׁבַּת־, shabbath-) en el séptimo. Éxo 20:11 clarifica que el séptimo día está destinado a ser el sabat. El Decálogo caracteriza al sabat como un día:
• santo y bendecido
• a ser recordado y mantenido santo
• pertenece al Señor
• demanda abstinencia de trabajo para todo el mundo (tanto judíos como gentiles) y para los animales
El texto indica que Dios descansó el séptimo día de la creación y por lo tanto la humanidad debe seguir su ejemplo (imitatio Dei) y descansar en el séptimo día (ver también Deut 5:12–15).
Éxo 16 incluye una discusión sobre el día del sabat en el relato de los israelitas en el desierto de Sinaí. Moisés instruye al pueblo a recolectar el sexto día, la cantidad de maná para dos días y reservar la mitad para el séptimo día, que es un día de descanso y un día santo para el Señor. Cuando algunas personas del pueblo no escuchan e intentan recolectar maná el séptimo día, Dios le pregunta a Moisés (refiriéndose a esas personas) “¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?” Este pasaje demuestra que:
• el día del sabat es un mandamiento del Señor (Éxo 20)
• las personas necesitan confiar en la Palabra de Dios, no en su propio entendimiento
Aunque este pasaje es el primero que menciona el sabat en el texto bíblico, Childs y Buber observan que el texto da por sentado que la audiencia ya conocía el concepto, y que la lección se relacionaba con algo que ya estaba en existencia.
Otras referencias en Éxodo aclaran que:
• El sabat debe respetarse incluso durante las estaciones de sembrado y cosecha (Éxo 34:21).
• El sabat es una señal entre el Señor y la humanidad de que Dios es la fuente de santificación (Éxo 31:13).
• La pena por trabajar el día del sabat es la muerte (Éxo 31:14–15; 35:2).
• El sabat es un pacto perpetuo (Éxo 31:13, 16).
Levítico menciona el sabat 24 veces (más frecuentemente que todos los libros bíblicos). Estas referencias ponen énfasis en:
• el descanso del sabat (Lev 16:31; 23:2, 32)
• la humildad ante Dios (Lev 16:31, 32)
• la permanencia del sabat para todo el mundo y su continuidad en todas las generaciones (Lev 16:31; 19:3; 23:2; 24:8)
• el sabat como santa convocatoria (Lev 23:2)
• el sabat se debe guardar de una tarde a la siguiente (Lev 23:32)
• El sabat se aplica a toda la tierra lo mismo que a las personas (Lev 25:2–6; 26:34)
Las referencias al día del sabat en el Pentateuco destacan rasgos similares, incluyendo la importancia del descanso, la humildad ante Dios, la santidad del día, el cuidado por los necesitados, la continuidad del estatuto, y las consecuencias por la desobediencia. Otras referencias en el Pentateuco vinculan la observancia del sabat con la creación (el día en que Dios descansó) y con el éxodo (la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto). Además, el sabat es una señal del pacto eterno entre Dios e Israel.
Referencias en los Libros Históricos. Los Libros Históricos de Reyes, Crónicas, y Nehemías también mencionan al sabat. Las referencias al sabat en los Libros Históricos dan por sentado el conocimiento del Pentateuco y hacen hincapié en la prohibición de trabajar o comerciar en el sabat. El sacerdote y el rey juegan ahora un papel importante en la observancia del sabat, ya que el rey provee los animales para la ofrenda encendida, el sacerdote realiza los sacrificios en el templo incluyendo una comida, y se repite que la duración del sabat es de tarde a tarde.
• 2 Rey 4:23 especifica que viajar para visitar a un “varón de Dios” no estaba restringido ni en el día de luna nueva ni en el sabat.
• 2 Rey 11:4–12 (2 Crón 23:4–11) indica que la defensa nacional y la defensa del rey están permitidas en el sabat.
• 2 Rey 16:17–18 asocia el sabat con un “pórtico” o “pasadizo”. En este pasaje, durante el reinado de Acaz se quitó el pórtico que se había construido para el sabat (ca. 735–715 a.C.).
Primera y Segunda Crónicas proveen detalles sobre las prácticas relacionadas con la observancia del sabat. Pasajes tales como 1 Crón 23:31; 2 Crón 2:4; 8:13; 31:3 indican que la celebración del día del sabat incluye la ofrenda encendida, una parte de la cual es provista por el rey (2 Crón 31:3). Estos pasajes también asocian la celebración del sabat con el tabernáculo de reunión, el templo del Señor, una comida con pan, la quema de incienso, el pacto, la redención y la tierra.
• 1 Crón 9:32 identifica rebanadas de pan como parte de la comida del sabat.
• 2 Crón 2:4 y 31:3 especifican que la ofrendas encendidas se presentarán tanto a la mañana como a la tarde y son una obligación perpetua para Israel.
• 2 Crón 36:21 describe el abandono de la tierra de Judá durante el exilio en Babilonia como un descanso de sabat para la tierra.
Los hechos descriptos en Nehemías posiblemente ocurrieron en el siglo quinto a.C. después que algunos israelitas regresaron a Judá del exilio en Babilonia. Al parecer, muchas personas habían abandonado la celebración del sabat y muchas de las ordenanzas de Dios. Los pasajes en Nehemías destacan la importancia de la celebración del sabat (9:14). Neh 10:31 reitera una prohibición contra el comercio en el sabat lo mismo que el descanso sabático para la tierra y la remisión de las deudas cada siete años. Neh 13:15–22 especifica la prohibición contra el comercio, la que incluye:
• pisar uvas en el lagar
• cargar
• transportar
• vender, uvas, granos, higos
• comprar provisiones a extranjeros.
De estos hechos se dice que “profanan el sabat” y fueron parte del motivo del juicio anterior de Dios sobre Judá.
Referencias en los Libros de Sabiduría. Al sabat se lo menciona dos veces en los textos de sabiduría. Sal 92:1 se identifica como “Cántico para el día de reposo”. El canto es gozoso, da gracias al Señor y declara su bondad por la mañana y su fidelidad por la tarde. La asociación del cántico con el sabat pone de relieve que la intención del día es mucho más que una restricción legalista de toda actividad; es una gozosa oportunidad para reflexionar sobre las muchas bendiciones que el Señor ha brindado. En contraste, Lam 2:6 destaca el juicio del Señor que separó al pueblo de Judá y de Israel de celebrar el sabat. El pasaje muestra que la incapacidad para celebrar el sabat y sus restricciones es algo penoso para el pueblo.
Referencias en los Profetas. Los textos proféticos proveen una visión principalmente negativa de la observancia del sabat en los últimos años de la monarquía dividida. Utilizan el sabat como ejemplo de cómo los israelitas “ritualizaron” las ceremonias que Dios había ordenado, perdiendo el sentido profundo del evento. Dios expresa que la observancia del sabat (entre otras festividades, rituales y ofrendas) es detestable cuando se lo realiza con motivos erróneos. (Isa 1:13; Eze 22:8, 26, 23:38).
• Eze 20:12–24 afirma que la profanación (tal vez refiriéndose a la secularización) del sabat ya había ocurrido en el período del éxodo, y no se reducía al tiempo de los profetas. La profanación del sabat genera la ira de Dios.
• Jer 17:21 hace eco de este tono negativo advirtiendo que ignorar el sabat llevaría a la destrucción de Jerusalén.
• Ose 2:11 detalla que una de las consecuencias de la desobediencia de Israel será la interrupción de las celebraciones de Israel.
• Amós 8:5 afirma que los israelitas estaban deseosos de que finalizara el sabat para poder comerciar.
Los textos proféticos también contienen alusiones positivas al sabat.
• Isa 56:1–4 ilustra que una persona (lo cual se aplica a israelitas y no israelitas) que preserva la justicia y obra con rectitud es bendecida y no profanará el sabat.
• Isa 58:13 y 66:23 pone el énfasis en que la observancia del sabat incluye la abstinencia voluntaria de los placeres personales para poder cumplir la voluntad de Dios.
• Eze 20:12, 20 destaca que el sabat es un signo del pacto entre Dios e Israel.
Al igual que los Libros Históricos, los textos proféticos subrayan la abstinencia del trabajo en el sabat e instan a guardar el día santo (Jer 17:21–27). También proveen detalles adicionales sobre la observancia del sabat durante este período:
• Eze 44:24 responsabiliza a los sacerdotes de mantener santo el sabat.
• Eze 45:17 indica que el príncipe es responsable de proveer para los holocaustos, las libaciones y las ofrendas de granos relacionadas con el sabat.
• Eze 46:1–12 aclara que la puerta del templo permanecerá abierta en el sabat y cerrada los demás días. El príncipe traerá las ofrendas para el holocausto (comprendidas por seis corderos sin mancha y un carnero sin mancha) hasta el umbral de la puerta y entregará sus ofrendas de holocausto y sus ofrendas de paz a los sacerdotes. Entonces el príncipe y el pueblo podrán adorar cuando se abra la puerta.
Período Intertestamentario
Los escritos intertestamentarios detallan las restricciones del sabat y registran pérdidas militares que resultan de la observancia del sabat. El Documento de Damasco, que data del primer siglo a.C., indica diversos límites a la actividad en el día del sabat, incluyendo:
• caminar más de 1.000 codos
• beber fuera del campamento
• cargar agua en un recipiente
• perfumarse
• abrir una vasija sellada
• ayudar a dar a luz a un animal o sacar a un animal de un pozo
• tener relaciones sexuales en la ciudad del santuario.
El libro de Jubileos (segundo siglo a.C.) agrega nuevas prohibiciones:
• arar un campo
• encender una fogata
• montar un animal
• andar en barco
• matar cualquier ser vivo
• hacer la guerra
Jubilees 2:30 altera la observancia del sabat limitándolo únicamente a los israelitas. El fragmento 5 de la obra de Aristóbulo asocia el sabat con una estructura de siete partes en el cosmos y con la sabiduría.
La prohibición de hacer la guerra en el sabat llevó a varias derrotas militares:
• Josefo registra que Ptolomeo I Soter (323–283/2 a.C.) capturó Jerusalén cuando los israelitas se negaron a pelear el día del sabat (Ant 12.1.1).
• 2 Mac 5:25–6 afirma que Apolonio esperó hasta el día del sabat para asaltar la ciudad de Jerusalén porque el pueblo no estaba dispuesto a luchar en el sabat (168 a.C.).
Sin embargo, 1 Mac 2:38 revierte esta práctica cuando Matatías declara que los israelitas necesitan defenderse aunque sea sabat. Hacia el final del período romano, los judíos no solamente se defendían en el día del sabat sino que entablaban ataques ofensivos.
Nuevo Testamento
Cada sección del texto del Nuevo Testamento menciona el sabat. En los Evangelios, Jesús enseña en relación con la observancia del sabat. Los autores de Hechos y las cartas se ocupan de aclarar más el sentido detrás de la observancia del sabat.
Los Evangelios. Cuando Jesús comienza su ministerio, entra a la sinagoga en el sabat y comienza a enseñar con autoridad (Mar 1:21; 6:2; Luc 4:16, 31; 13:10). Luc 4:16 agrega que era la costumbre normal de Jesús ir a la sinagoga en el sabat, mostrando que Jesús seguía las costumbres señaladas en los Libros Históricos y en los Profetas (comparar Mar 3:1; Luc 4:44; 13:10). Juan 7:22–23 registra que se hacían circuncisiones en el sabat.
Mat 12:1–12; Mar 2:23–3:6; Luc 6:1–9 registran que Jesús y sus discípulos viajaban, comían, y Jesús realizaba milagros de sanidad en el sabat. Además Luc 13:14; 14:1–6; Juan 5:1–18; 7:22–23; 9:1–41 informan sobre sanidades realizadas en el día del sabat. Los fariseos observan esas situaciones y confrontan a Jesús por no cumplir la ley del sabat (halakhah). Jesús les responde que a David se le permitió quebrantar la ley cuando comió pan en la casa de Dios, y que los sacerdotes quebrantan la ley del sabat todos los días de reposo al llevar a cabo los holocaustos y las ofrendas de paz. También les dice que cualquiera salvaría a su animal si estuviera en peligro el día del sabat. Les dice que una persona tiene mucho más valor que un animal y por eso es aceptable hacer buenas obras (ej. sanar) en el sabat.
En Mar 2:27, Jesús pronuncia la frase “El día de reposo fue hecho por causa del hombre y no el hombre por causa del día de reposo”. Esa frase pone el énfasis en dos puntos primarios:
1. Los reglamentos del sabat, como lo interpretaban los fariseos, habían perdido el propósito del sabat prescrito en el Antiguo Testamento. Por lo tanto, las reglas que observaban eran hechas por los hombres, no por Dios, y se podían quebrantar.
2. El sabat proclamado en la creación estaba destinado a servir a la humanidad como un día santo, para bendecir y guardar el tiempo de restauración y descanso que Dios les había dado.
Ninguna de las acciones de Jesús o sus discípulos eran contrarias al propósito y la intención de la observancia del sabat. Siendo así, Jesús no estaba reescribiendo la ley, sino cumpliendo y clarificando la ley original como se la describe en el Pentateuco, los Libros Históricos, y los Profetas.
En Mat 28:1; Mar 16:1; Luc 23:56, María Magdalena y María (la madre de Jesús) descubren al Jesús resucitado al amanecer del primer de la semana cuando finalizaba el sabat. Además, Juan 19:31 describe la necesidad de sacar el cuerpo de la cruz antes del comienzo de la observancia del sabat, lo cual también influyó en la preparación de las especias y los perfumes para el cuerpo.
Hechos y las Epístolas. El libro de Hechos conserva nueve menciones de la palabra sabat. El texto menciona el sabat como un día de reunión y enseñanza religiosa y lo asocia con la formación de iglesias en Antioquía (Hech 13:13–52); Filipos (Hech 16:11–15); Tesalónica (Hech 17:1–9); y Corinto (Hech 18:1–4).
Las cartas contienen dos alusiones al término “sabat”. En Col 2:16, Pablo sostiene que no se debe juzgar a la gente según su observancia de diversos hechos rituales, incluyendo la comida y el cumplimiento de festividades y del sabat. Los titula “sombras” y afirma que Cristo ya los cumplió. El sentido del pasaje está en debate; no obstante, el texto confronta la interpretación errónea de que el cumplimiento de los rituales era un camino hacia la salvación (judaizantes) y el ascetismo. Este contexto demuestra que Pablo no está aboliendo el concepto del sabat, sino instalando la negativa a condenar a quien fallara en observar una forma ascética de autosacrificio. También está argumentando contra la idea de que la observancia del sabat juega un papel en la salvación (por medio de las obras).
Heb 4:9 se refiere al sabat como descanso, lo cual mantiene su vigencia. El autor de Hebreos anticipa un cumplimiento escatológico para el pueblo de Dios en el período inaugurado por la aparición de Jesús (Heb 4:3–13). El contexto escatológico señala una realidad presente y futura. Heb 4:3 indica que, en el presente, aquellos que creen pueden entrar en el descanso sabático. Además, Heb 4:11 señala un descanso futuro para quienes obedecen. El pasaje pone el énfasis en los principios del Antiguo Testamento de que el sabat de Dios se basa en la abstinencia del trabajo (Heb 4:10), en el descanso (Heb 4:3), en el vínculo con la creación (Heb 4:4), y en el llamado a la obediencia (Heb 4:6).
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