Leer desde el punto de vista de Pentecostés también significa una lectura multicultural y globalmente sensible. Antes de examinar el valor de las lecturas globales hoy, debo llamar brevemente la atención sobre la conexión en Hechos 2 entre la experiencia del Espíritu de Pentecostés y la aceptación de las contribuciones de los compañeros creyentes de todos los entornos culturales.
La conexión parece clara a partir de la aparente reversión de (o, en algunos puntos de vista, paralela a) Babel en Hechos 2:5–13, una narración en la que también destaca el elemento intercultural en la pneumatología de Lucas (1:8) y específicamente su mención de la oración en lenguas (2:4). Aunque presumiblemente Pedro no reconoce el significado de sus palabras dentro del mundo narrativo, en el contexto más amplio de Hechos, “toda carne” (2:17) y “todos los que están lejos” (2:39) presumiblemente incluyen a los gentiles. Pentecostés es para todos los pueblos; su repetición entre los samaritanos (8:14–17) y gentiles (10:44–48) enfatiza que los creyentes de nuevos grupos de personas también reciben el empoderamiento para la misión y se convierten en compañeros de creyentes en la misión.
La Inversa de Babel1
Muchos eruditos entienden Hechos 2 como una inversión de la historia de Babel y creen que Lucas modeló su narración a partir de ella;2 algunos comentaristas antiguos hicieron la misma conexión.3 Tal enfoque sin duda encajaría en el tema de la misión de Lucas trascendiendo barreras culturales y lingüísticas.4 Algunos objetan que aunque la conexión puede ser una inferencia teológica legítima para trazar las fuentes de Lucas u otros,5 el texto no da ninguna indicación de que Lucas hizo la conexión.6
Sostengo, sin embargo, que la acumulación de varias alusiones específicas parece una razón convincente para afirmar una conexión deliberada,7 y Lucas ofrece sutiles alusiones, incluso en la estructura de la narración. Si suponemos que la lista de naciones en Génesis 10 comunica la lista de naciones de Lucas en Hechos 2:9–11 (como Gn. 10 informó la mayoría de las listas judías de naciones), una alusión a Babel en Gn. 11:1–9 en el mismo contexto parece probable.8 Esta sugerencia es aún más probable cuando consideramos que Babel representa la única dispersión de idiomas en el Antiguo Testamento y, por lo tanto, el único trasfondo potencial para la historia de Lucas compartida por toda su audiencia ideal. Este es el “milagro del lenguaje” de las Escrituras. (Ciertamente, la historia de Babel, como parte del muy popular libro de Génesis, fue ampliamente contada, vez tras vez,9 y fue reaplicada para nuevos escenarios).10
Cuando el autor de los Rollos de Guerra de Qumrán se refiere a una “confusión de lenguas”,11 sabemos que se refiere a Babel porque esta mención sigue a la creación de Adán y su simiente, y es paralela a la dispersión. El uso de Lucas de una lista de naciones y su mención de lenguas dispersas parecen igualmente transparentes. Cualquiera que sea la fecha de las lecturas trienales del leccionario judío,12 al menos algunas reflejan tradiciones anteriores, por lo que probablemente no sería una coincidencia si concluyéramos por otros motivos, con algunos, que el primer año del ciclo usó a Génesis 11 como una lectura para Pentecostés.13 Sin embargo, incluso si la conexión del leccionario es pura coincidencia, la alusión de Babel en esta narración es lo suficientemente clara. Valga la pena o no, sabemos que al menos algunos judíos también imaginaron una reversión escatológica de Babel (véase Test. Jud. 25:3).14
Las diferencias entre las narraciones son claras, por supuesto. Dios dispersó a las naciones en Babel por tratar de deificarse a sí mismas (Génesis 11:4), en paralelo a la rebelión de Adán y su expulsión del jardín (3:5, 22–23). Por el contrario, los discípulos en Pentecostés esperan en obediencia un mandato divino (Hechos 1:4–5); en lugar de intentar alcanzar el cielo, están esperando a su Señor, que había ascendido al cielo (1:9–11), para enviarles el Espíritu. En Génesis 11:7, Dios descendió para confundir a los transgresores (la redacción refleja su rebelión en 11:3–4), pero en Pentecostés, Dios desciende, en un sentido, de una manera diferente (Hechos 2:33). En Génesis, Dios descendió y dispersó las lenguas para evitar la unidad; en Hechos, el Espíritu desciende y dispersa lenguas para crear unidad multicultural (1:14; 2:1, 42, 44–46).
1 Adaptado de Keener, Acts, 1:842–44.
2 Por ejemplo, Moule, Messengers, 23; Bruce, Commentary, 64; Dominy, “Spirit, Church, and Mission”; Smith, “Hope after Babel?”; Spencer, Acts, 32–33; Chéreau, “Babel à la Pentecôte”; Venter, Reconciliation, 155; Turner, “Experience”, 32; Kim, “Mission”, 40; Nasrallah, “Cities”, 557; Asamoah-Gyadu, “Hearing”; Wackenheim, “Babel”; cf. B. H. Carroll (1916) en Barr, Leonard, Parsons, y Weaver, Acts, 120.
3 Cyril Jer. Cat. Lect. 17.16–17 (Martin, Acts, 24); Arator Acts 1 (Martin, Acts, 26); Bede Comm. Acts 2.4 (L. Martin, Bede, 29, también Martin, Acts, 23); ver otras fuentes patrísticas en Marguerat, Actes, 81n45. Los primeros pentecostales también leyeron su experiencia como una inversión de Babel (Anderson, Pentecostalism, 44).
4 Ver, por ejemplo, Keener, “Tongues”, 181–82. González, Acts, 39, enfatiza aquí un “segundo Babel” con una nueva dispersión, subrayando la apreciación de la diversidad cultural en oposición a una demanda de uniformidad (por ejemplo, haciendo que todos entiendan el arameo). Cf. más completamente Wagenaar, “Kumba”. Del mismo modo, Macchia, “Babel”, imagina una reversión parcial pero una analogía parcial: “una relación promesa/cumplimiento entre estos eventos, en la que solo la locura y la amenaza de Babel se revierten en Pentecostés pero no la voluntad y propósitos providenciales de Dios” (51).
5 Por esta conexión en la teología de la iglesia (ya sea que Lucas lo haya notado o no), vea, por ejemplo, Cloete y Smit, “Name Called Babel”. Arrington, Acts, 20, trata la alusión como una posibilidad fuerte pero incierta.
6 Varios estudiosos, incluido Polhill, Acts, 105; cf. Barrett, Acts, 112.
7 Compare la unidad de la mente en Hch. 1:14; 2:46 con “una lengua y una voz” en la LXX de Gn. 11:1; “Toda nación debajo del cielo” en Hch. 2:5 con “toda la tierra” en Gn. 11:1, 8; la elaboración de los pueblos de Mesopotamia no se enfatizó en ninguna otra parte en Lucas-Hechos en Hechos 2:9 con Gn. 11:2, 9; quizás honrar el nombre de Jesús (Hch. 2:21, 38) con los que honran a los suyos en Gn. 11:4 (un contraste deliberado con 12:2). El verbo de Lucas en 2:6 para la respuesta de la multitud en 2:6 probablemente alude al lenguaje en la versión griega común de la narrativa de Babel (Gn. 11:7, 9; Sab. 10:5; véase también el uso frecuente de los términos en Philo Conf. 1, 9, 43, 84, 109, 152, 158 y 183–98, especialmente 168, 182, 189, 191; Josephus Ant. 1.117). Aquí es la audiencia más que el lenguaje lo que se confunde, pero a la vista de otras alusiones, es probable que sea un ejemplo adicional (tal vez invertir la identidad de los confundidos, para resaltar la inversión).
8 También Goulder, Type and History, 158; Scott, “Horizon”, 530.
9 Para comentarios judíos posteriores sobre la narrativa de Babel, ver, por ejemplo, Jos. Ant. 1.116–18; L.A.B. 7; Sib. Or. 3.98–107; 8.4–5; 11.9–13; y. Meg. 1:9, §1.
10 Inowlocki, “Rewriting”, encuentra tal reescritura, para un público gentil, en Josefo (quien aquí, como en otros lugares, se opone a la tiranía y prefigura el juicio de Dios sobre Jerusalén).
11 1QM X, 14.
12 Ver, por ejemplo, Safrai, “Synagogue”, 927 (dudando de cualquier secuencia fija en el período inicial); Perrot, “Lecture de la Bible” (algunos principios de los leccionarios posteriores se usaron aún cuando el ciclo aún no se utilizaba).
13 Ver Charnov, “Shavuot”; Cf., cautelosamente, Moule, Messengers, 23.
14 Cf. el final de la maldición de Babel en el día del juicio (Jub. 10:22), pero probablemente no deberíamos leer mucho sobre esto.
Keener, C. S. (2017). Hermenéutica del Espíritu: Leyendo las Escrituras a la luz de Pentecostés. (J. Ostos, Trad.) (pp. 75–77). Salem, OR: Publicaciones Kerigma.

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