La Biblia habla de Jesús como el unigénito Hijo de Dios. “Unigénito” del griego [monogenes]: único, del mismo tipo. Jesús es de la misma sustancia que Dios el Padre. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” S. Juan 3:16
También, habla de Jesús como Señor. “Señor” del griego [kúrios]: supremacía en autoridad, controlador, señor. En la Palabra, se presenta a Jesús como el Kúrios de nuestra vida, i.e., amo de nuestra vida ya que el tiene autoridad suprema sobre la muerte (1 Cor. 15:55-57), sobre el diablo y los demonios (Col. 2:14-15) y sobre los hombres (Fil. 2:8-10). Por eso, la Palabra dice “que si confesares a Jesús como ‘Señor’ de tu vida serás salvo”. (Rom. 10:9-10) Es imposible confesar como un “kúrios” en tu vida, i.e., señorio sobre tu vida, alguien que sea menos que Dios, por lo tanto, Jesús sí es Dios. Es imposible rebajar en esencia a un miembro de la Trinidad por debajo de otro porque si ese fuera el caso, no existiría una Trinidad perfecta. A Jesús sí le dio hambre, sed, cansancio, porque como un hombre Jesús hizo a un lado la expresión de Su deidad, pero eso no significa que el perdió la posesión de Su deidad, eso se vió reflejado en Su encarnación.
Incluso, se presenta a Jesús como el Verbo o la Palabra. “Verbo” del griego es [lógos]: algo dicho, tema, razonamiento, cálculo, Expresión Divina. Se revela en Juan 1:1 a Jesús como el Lógos que era en el principio, el Lógos era con Dios y el Lógos era Dios, el Verbo, el Verbo Eterno. Claramente juntando a Jesús con Dios el Padre. Este pensamiento se ve en Apoc. 1:8 donde se presenta Jesús como el Alfa y el Omega, Principio y Fin, en otras palabras, el Que no tiene principio ni fin. Por lo tanto, Jesús es igual con Dios porque es Eterno juntamente con y en Él.
Además, vemos en la Biblia que hubieron personas que se postraron ante Jesús, así reconociendo Su señorio. El mandamiento bíblico es adorar a Dios y sólo a Dios, en consecuencia, Jesús es Dios.
Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
Apocalipsis 5:13 RVR1960
Cuando María llegó adonde estaba Jesús, al verle, se arrojó entonces a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Juan 11:32 LBLA
En una de las aldeas, Jesús conoció a un hombre que tenía una lepra muy avanzada. Cuando el hombre vio a Jesús, se inclinó rostro en tierra y le suplicó que lo sanara. —¡Señor! —le dijo—, ¡si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio!
Lucas 5:12 NTV
Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;
S. Lucas 8:41 RVR1960
Hasta los demonios se postraron delante de Jesús, reconociéndolo como el Señor. ¿Los demonios verdaderamente se postraron frente a un simple mortal? ¿Los demonios se postran delante de los hombres?
El cual, como vió á Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo á gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Ruégote que no me atormentes.
San Lucas 8:28 RVR09
Escrito por Brian Díaz

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