Los acontecimientos de magnitud mundial nos hacen preguntarnos sobre el futuro. ¿Qué va a pasar? ¿Están a salvo los miembros de la familia? ¿Son estos acontecimientos el principio del fin del mundo como lo conocemos?
El estudio de la profecía bíblica a menudo aumenta después que las noticias hablan de conflictos entre naciones (las guerras y rumores de guerra), los desastres naturales (terremotos, hambruna, maremotos), y amenazas de destrucción nuclear. A medida que estudia este curso estos temas pueden estar al fondo de su mente, el estudio de profecía del tiempo del fin debe tener su enfoque en la figura central de la profecía, Jesucristo.
Jesús es el personaje central de la Biblia, el libro más influyente del mundo, y claramente describe a la magnífica persona de Jesús como un miembro de dos mundos: nuestro mundo natural y el mundo divino del que vino.
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. (Hebreos 1:1–3)
Pero la excelencia de Cristo será aun mayor en el futuro. Dios nos ha hecho “dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra” (Efesios 1:9–10).
Esta descripción de Cristo es asombrosa, sin embargo, no como los grandes dioses mitológicos de otras religiones, Jesús quiere estar más cercano que el miembro de la familia más de confianza. Pablo, en su carta a los creyentes filipenses, les dijo cómo debían relacionarse con su familia espiritual.
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre. (Filipenses 2:5–9)
No permita que los detalles abrumadores de la profecía del tiempo del fin desvíen su mente de su amistad y relación con este Cristo incomparable. Él ama a cada uno de nosotros tanto que dejó su morada gloriosa, vino a vivir como uno de nosotros, y a morir para que nosotros pudiéramos ser libres de la esclavitud de pecado. ¡Qué Salvador tan maravilloso!
La declaración de los profetas del Antiguo Testamento
Analizar la profecía del Antiguo Testamento en relación con la primera venida de Cristo. |
¿Qué significa la declaración bíblica: “Jesús es el Cristo”? |
El número de las profecías del Antiguo Testamento acerca de un Mesías que vendría a liberar a Israel de sus enemigos y dar salvación a todos los que pusieran su confianza en Él suman más de setenta las que anuncian su primera venida y más de cuarenta las que indican su papel durante el tiempo del fin (Payne 1973, 665–668). Las únicas profecías que la mayoría de los judíos vieron fueron aquellas que proclamaban al Mesías como líder poderoso que haría resaltar a Israel entre las naciones. Ellos no vieron el ministerio espiritual del Mesías venidero. Así que la iglesia primitiva predicó y enseñó que ese Jesús era el Cristo o Mesías que ellos buscaban. Ellos creían que Jesús era ese Mesías, aunque Él no estableció un reino terrenal cuando nació como un bebé y vivió, y finalmente ministró entre ellos. Las profecías de un gran reino terrenal eran para más adelante, y todavía lo son para los creyentes de hoy.
Juan concluye su evangelio de esta manera: “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:30–31). Como nuevo convertido, Pablo predicaba el mismo mensaje: “Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo” (Hechos 9:22; véase también Hechos 5:42).
Sin embargo, viendo lo que sucederá, fijándonos en profecías importantes de la venida de Jesús a la tierra a morir por nuestros pecados, profecías que ya se han cumplido, da gran validez a las profecías que aun no se cumplen y su exactitud. Aquí hay un resumen de las profecías clave acerca de Jesús. Fíjese cuánto tiempo pasó antes que de hecho se cumplieran.
Acontecimiento en la vida de Cristo | Profeta o libro del AT | Año antes de Cristo |
Nacimiento de Jesús | Miqueas 5:2, 4–5 | c. 700 aC |
Entrada triunfal | Zacarías 9:9 | c. 500 aC |
Traición de Jesús | Zacarías 11:12–13 | c. 500 aC |
Pasión de Cristo | Salmo 22:14–18 | c. 1000 aC |
Sufrimiento y ministerio de Cristo | Isaías 53:4–7, 9, 11–12 | c. 700 aC |
Muerte de Cristo | Zacarías 12:10 | c. 500 aC |
¿Qué significa la declaración bíblica: “Jesús es el Cristo”? El nombre Jesús quiere decir “salvar” (Mateo 1:21). Cristo quiere decir literalmente “el ungido” o “el Mesías”. Cuando los primeros cristianos predicaban el evangelio a los judíos, esa frase tenía un significado especial.
Bicket, Z. (2008). Escatología: Un estudio de las cosas por venir (Libro de texto de estudio independente). (D. Gómez, Ed., N. Gallardo, Trad.) (pp. 28–30). Springfield, MO: Global University.

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