TEOLOGIA PASTORAL

Aunque es obvio que su modelo es la imagen bíblica del pastor, resulta sumamente difícil definir la teología pastoral con exactitud. La teología pastoral tiene que ver con la relación mutua entre la teología y el trabajo pastoral. Suministra la base para el ministerio pastoral, estimula la reflexión teológica sobre la experiencia pastoral y, al mismo tiempo, reflexiona sobre la teología desde una perspectiva pastoral.

Los problemas de definición surgen a causa de la naturaleza ambigua de sus límites con las disciplinas relacionadas. La teología práctica, una disciplina que surgió en el siglo XIX, tiene que ver con las habilidades necesarias para dirigir un ministerio, de modo que se relaciona con asuntos como la adoración, la homilética, las misiones y la administración. La teología aplicada se relaciona con la ética o la teología moral, las que a la vez que proveen dirección espiritual, siempre han estado ligadas estrechamente con la teología pastoral, especialmente dentro del catolicismo. Más recientemente se la ha identificado a menudo, erróneamente, con la psicología pastoral. La eclesiología en su sentido más amplio, significando no solamente la doctrina de la organización de la iglesia, sino también la comprensión contemporánea de su papel y su misión, consiste también en una relación estrecha con la teología pastoral. La teología pastoral se basa en estas disciplinas y a la vez contribuye a ellas, pero no la limitan y se concentra en la unión entre la teología y la experiencia pastoral. Por eso, desde el punto de vista teológico, suscita preguntas y proporciona dirección en cuanto a la naturaleza del ministerio; y desde el punto de vista pastoral, recurre a la teología para la comprensión y las interpretaciones de la experiencia humana.

La Biblia rara vez presenta una teología pastoral explícita, aunque puede decirse que así lo hace en Ezequiel 34; Hechos 20:13–38; 2 Corintios y las Epístolas Pastorales. Pero gran parte de la Biblia es una teología pastoral implícita; aun los Evangelios pueden contribuir a nuestra comprensión de la teología pastoral si se observan los motivos pastorales que hay detrás de ellos y no solamente su propósito evangelizador. En los primeros siglos se escribieron varias obras sobresalientes sobre la naturaleza del ministerio pastoral, entre las cuales se encuentran Oration II de Gregorio de Nacianzo, On the Priesthood (Sobre el sacerdocio) de Juan Crisóstomo y Pastoral Rule (Regla pastoral) de Gregorio el Grande. Otros, si bien no escribían sistemáticamente sobre la obra pastoral, proporcionan ejemplos de la teología pastoral primitiva, como City of God (La ciudad de Dios) de Agustín.

Hubo poco desarrollo durante la Edad Media y no fue sino hasta las reformas tridentinas del siglo XVI y los escritos de los reformadores que se mostró un interés renovado. El principal exponente sistemático de la teología pastoral entre los reformadores fue Martin Bucer. El efecto de la Reforma no se limitó al desarrollo de la dirección espiritual puritana sino que se sintió extensamente en la elevación de las normas del ministerio. Aun así, los efectos se notaron más claramente en The Reformed Pastor (El pastor reformado) de Richard Baxter.

La necesidad creciente de proveer un ministerio adecuadamente preparado llevó a la aparición de la teología pastoral como una disciplina separada en un sentido más moderno hacia fines del siglo XVIII. Durante el siglo siguiente se publicaron numerosas obras que se basaban en la ciencia y la filosofía contemporáneas, en un esfuerzo por proporcionar una comprensión sistemática y extensa del ministerio. Sin embargo, al terminar el siglo se había iniciado una decadencia y las obras de teología pastoral se habían convertido en manuales de practicantes más bien que obras de profundidad teológica.

El siglo XX fue testigo de desarrollos importantes en la disciplina, inicialmente a través de la obra de A. T. Boisen (1876–1966) quien introdujo el clero a la instrucción clínica. Su discípulo, Seward Hiltner (n. 1909) fue quien tuvo un efecto marcado y, en su libro Preface to Pastoral Theology (Prefacio a la teología pastoral), fue quien reorganizó la disciplina alrededor de los intereses de sanidad, apoyo y asesoramiento. Al hacerlo así, dio mucha importancia a que la teología pastoral tradicional que trataba de la vida espiritual en un vacío psicológico, social y cultural, había de ser rechazada y reemplazada por un enfoque sobre la persona total. Le dio a la disciplina un sello psicológico y unió sólidamente la instrucción pastoral con la instrucción psicológica. Desde Hiltner ha habido muchos esfuerzos para correlacionar la psicología con la teología. Entre los mejores están los de Don Browning (n. 1934), James N. Lapsley (n. 1930), Thomas Oden y Daniel Williams (1910–73). Su interés no era tanto traducir el lenguaje de la religión al lenguaje de la psicología, como demostrar las suposiciones e implicaciones teológicas en la psicología.

Los desarrollos posteriores se han alejado de este punto de vista, por numerosas razones. Primero, ha habido interés por romper el “cautiverio psicológico” en que se mantenía la teología pastoral. Ahora se hace un énfasis igual sobre la situación social y política del hombre. Muchos ven las modernas teologías de la liberación como la más reciente expresión de la teología pastoral, ya que buscan proporcionar una comprensión y dirección teológicas para quienes están oprimidos social y económicamente. En segundo lugar, ha habido un interés por establecer la teología pastoral como una disciplina académica creíble en su propio derecho más que como adjunta a la psicología. En tercer lugar, y la de mayor importancia, ha habido una reafirmación de la necesidad que la teología pastoral tiene de tener bases morales y teológicas. Bajo Hiltner, la dimensión teológica era liberal y la dimensión moral relativista, si no del todo ausente en ocasiones.

Un exponente evangélico reciente de la teología pastoral es Eduard Thurneysen (1888–1974), quien en su concienzudo libro A Theology of Pastoral Care (Una teología del cuidado pastoral) trata de una manera muy experta y bíblica la necesidad humana del perdón y señala el enfoque pastoral característico, opuesto al psicológico, para la necesidad humana. Su limitación descansa en el hecho de que se restringe a ese solo asunto, en tanto que la teología pastoral debe demostrar intereses más amplios, por central que sea ese tema. El amplio espectro de la literatura reciente sugiere que el futuro para la teología pastoral es prometedor.

Tidball, D. J. (2005). TEOLOGIA PASTORAL. En S. B. Ferguson, D. F. Wright, & J. I. Packer (Eds.), H. Duffer (Trad.), Nuevo diccionario de Teología (Cuarta edición, pp. 956–957). El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones.

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